Informes confidenciales indican que la Agencia Internacional de Energía Atómica perdió la capacidad de comprobar el estado de las reservas de uranio enriquecido de Irán desde los ataques a sitios nucleares iraníes durante la guerra de 12 días en junio, atribuida a Israel y Estados Unidos, y la verificación quedó interrumpida desde entonces.
“La falta de acceso de la Agencia a este material nuclear en Irán durante cinco meses significa que su verificación. está muy atrasado”, dijo el OIEA. El organismo atribuyó el retraso a la ausencia de acceso y señaló que sin ese control no resulta posible confirmar inventarios ni movimientos de material.
El último informe disponible, de septiembre, fijó en 440,9 kilogramos la reserva de uranio enriquecido hasta un 60% de pureza. Ese nivel se sitúa a un paso técnico del 90% de grado armamentístico. El documento estableció además que la acumulación mantenía una tendencia ascendente y exigía supervisión continua.
Rafael Grossi advirtió en una entrevista reciente con AP que ese acopio permitiría a Irán fabricar hasta 10 bombas nucleares si decidiera convertir el programa en un arma. Añadió una precisión: eso no implica que Irán posea tal arma ni que la haya producido.
Teherán pide de forma reiterada la destrucción de Israel y afirma que su programa nuclear sirve a fines exclusivamente civiles. Antes de la guerra, Irán elevó el enriquecimiento a niveles situados justo por debajo del grado armamentístico, sin uso pacífico. Israel afirmó que Irán adoptó pasos hacia la militarización.
El acuerdo de salvaguardias entre Irán y el organismo de la ONU obliga a Teherán a presentar un “informe especial” con la ubicación y el estado de todo su material nuclear, incluido su arsenal de uranio altamente enriquecido, tras eventos como ataques o terremotos, y a detallar la situación de las instalaciones afectadas en junio.

El organismo señaló el miércoles que “la provisión de dicho informe es indispensable para que la Agencia brinde garantías de que el material nuclear sujeto a salvaguardias en Irán permanece en actividades nucleares pacíficas y que las instalaciones sujetas a salvaguardias no se utilizan indebidamente”. El OIEA reclamó esa entrega sin demoras adicionales.
Irán suspendió toda cooperación con el OIEA tras la guerra con Israel, en la que Estados Unidos atacó varios sitios nucleares iraníes. Más tarde, Teherán permitió inspecciones en instalaciones intactas después de un acuerdo entre Grossi y el canciller Abbas Araghchi alcanzado en El Cairo a inicios de septiembre.
Ese mismo mes, Irán evitó conversaciones directas con Estados Unidos, no reanudó la cooperación plena ni aclaró el estado de su arsenal. La ONU restableció sanciones aplastantes, Teherán respondió con ira y detuvo la implementación del acuerdo de El Cairo. El país mantiene obligación legal de cooperar bajo el Tratado de No Proliferación.
