Washington endurece las restricciones contra individuos y empresas vinculadas a la adquisición de armamento para Irán. Donald Trump intensifica la presión sobre Teherán en un nuevo intento por limitar sus capacidades militares.
El Departamento del Tesoro identifica a seis compañías y dos personas implicadas en la compra de componentes para drones iraníes. En coordinación con el Departamento de Justicia, las sanciones apuntan a quienes facilitan la adquisición de tecnología clave para el programa de vehículos aéreos no tripulados (UAV) de Irán.
Scott Bessent, secretario del Tesoro, advierte sobre las amenazas que representa la proliferación de drones y misiles iraníes. Señala que estos armamentos benefician tanto a grupos terroristas en Medio Oriente como a Rusia, que los emplea en la guerra en Ucrania.
Interrumpir el complejo militar-industrial de Irán sigue siendo una prioridad para Washington. Bessent reafirma el compromiso de bloquear el acceso iraní a tecnologías avanzadas que terminan en manos de actores desestabilizadores, incluidos grupos terroristas.
Desde Nueva York, la representación iraní ante las Naciones Unidas no emite respuesta inmediata a las acusaciones.
Las sanciones afectan a una empresa y dos personas radicadas en Irán, además de una compañía china y cuatro entidades en Emiratos Árabes Unidos. El gobierno estadounidense refuerza así su estrategia contra la expansión militar iraní.
Trump retoma su política de “máxima presión” con una nueva serie de restricciones. En su esfuerzo por impedir el desarrollo de armas nucleares en Irán, Washington busca reducir a cero las exportaciones petroleras del país.