Funcionarios de Reino Unido, Alemania y Francia, conocidos como el grupo E3, comunicaron a la administración del presidente Donald Trump que Irán retrasa intencionadamente las negociaciones sobre un nuevo pacto nuclear. Según fuentes cercanas al asunto citadas por The Jerusalem Post, el objetivo iraní es dificultar la imposición de sanciones en caso de no alcanzar un acuerdo.
El acuerdo nuclear de 2015 otorga a los países firmantes la capacidad de activar sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU contra Irán mediante el mecanismo de “snapback” si se detectan violaciones graves de los compromisos nucleares. Esta herramienta dejará de estar disponible tras octubre, fecha conocida como el “punto de caducidad”. Los países europeos han advertido a Irán que, sin un nuevo acuerdo nuclear relevante antes de agosto, procederán a activar dicho mecanismo, lo que implicaría sanciones severas.
Fuentes consultadas por el Post revelaron que los europeos instaron a Estados Unidos a establecer un calendario definido para las negociaciones. Sin esta medida, Irán podría prolongar las discusiones para generar tensiones entre Europa y Estados Unidos, buscando así neutralizar la aplicación de sanciones.
Abbas Araghchi, ministro de Relaciones Exteriores de Irán, declaró el domingo que cualquier intento de los europeos por activar el mecanismo de snapback provocará una respuesta contundente de su país.
El principal obstáculo en las negociaciones radica en el enriquecimiento de uranio. La administración Trump ha resaltado que no permitirá a Irán enriquecer uranio en un nuevo acuerdo, mientras que Irán defiende su derecho a hacerlo para fines de energía nuclear civil.
Un alto funcionario estadounidense, tras las conversaciones sostenidas el viernes en Omán entre el enviado de Trump y Araghchi, informó al Post que se registraron avances, aunque persisten desafíos. Según el funcionario, las discusiones resultaron productivas y ambas partes acordaron volver a reunirse en breve.