Una fábrica que produce drones iraníes ha sufrido una gran explosión días después de que Israel afirmara que Irán estaba proporcionando drones a Hamás en Gaza.
La explosión del fin de semana hirió al menos a nueve trabajadores de la fábrica petroquímica de Isfahan. La Compañía Industrial de Fabricación de Aviones de Irán (Hesa), que produce una variedad de aviones y drones para las fuerzas iraníes y proiraníes, se encuentra en el complejo propiedad de Sepahan Nargostar Chemical Industries.
Irán no ha facilitado información sobre la causa del incidente, pero Israel no ha mostrado ningún reparo en el pasado a la hora de tomar lo que considera represalias dentro de Irán.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mostró el jueves los restos de lo que describió como un avión no tripulado iraní que fue derribado el martes tras cruzar desde el espacio aéreo iraquí o sirio.
Se han publicado informes contradictorios sobre si los funcionarios iraníes han ampliado un mes más el acuerdo que permite a los inspectores nucleares de la ONU acceder a las instalaciones nucleares de Irán.
La prórroga es fundamental para dar tiempo a los negociadores en Viena a completar las conversaciones sobre la reactivación del acuerdo nuclear más amplio entre Estados Unidos e Irán. Hubo informes de que el acuerdo técnico de los inspectores se prorrogaría un mes, pero los partidarios de la línea dura iraní lo desmintieron.
El jefe del cuerpo de inspectores nucleares de la ONU, el general Rafael Grossi, retrasó una rueda de prensa el domingo en la que debía desvelar la prórroga, sugiriendo que sigue habiendo problemas con las condiciones impuestas por Irán.
El acuerdo anterior, de tres meses de duración, expiró el fin de semana y, sin una prórroga, las conversaciones más amplias diseñadas para que Estados Unidos vuelva a participar en el acuerdo nuclear se suspenderían indefinidamente o terminarían.