De las innumerables y fascinantes preguntas que rodean a las cuatro recientes y misteriosas explosiones en Irán, hay todavía una cuestión clave que se eleva por encima del resto: ¿Algo de esto ha distanciado significativamente a Irán de un arma nuclear?
El jurado aún no ha decidido nada, ya que hay muchas cosas que no están confirmadas, pero hasta la fecha, la respuesta inicial debería ser: probablemente no.
Desde que el informe del OIEA de marzo de que la República Islámica cruzó el umbral de tener suficiente uranio enriquecido de bajo nivel para una bomba nuclear, el tiempo estimado para que Teherán enriquezca lo suficiente de ese uranio hasta un nivel de armamento se redujo de 12 meses a tan solo cuatro meses.
Hay una variedad de estimaciones en torno a cuánto podrían retrasarse esos cuatro meses si la explosión del jueves en Natanz dañara las avanzadas centrifugadoras de los ayatolás.
Las centrífugas son las máquinas que giran a velocidades extremadamente altas para enriquecer el uranio y potencialmente hacer una bomba nuclear. Centrifugadoras más avanzadas como la IR-4, IR-6, IR-8 e IR-9 pueden enriquecer uranio entre 4 y 50 veces la velocidad de las menos avanzadas, como la IR-1.
Pero el resultado final es que Irán ya ha hecho gran parte del trabajo.
Ya tiene suficiente material nuclear enriquecido para al menos una y probablemente dos bombas nucleares; lo que queda es principalmente la decisión de enriquecer el material de bajo nivel a un nivel más alto de armamento.
Además, aunque a la República Islámica le gusta presumir de sus centrífugas avanzadas, y hay funcionarios de inteligencia israelíes que han expresado su preocupación al respecto al Jerusalén Post, la mayoría de los expertos nucleares, incluidos los halcones del Irán, han afirmado al Post que las centrífugas avanzadas no son el problema principal.
El IR-9, la centrifugadora más avanzada, no está ni cerca de poder producir nada.
Hay un debate en curso sobre si los IR-4 y los IR-6 están funcionando correctamente y si pueden ayudar a Irán a acercarse a la línea de meta de las armas nucleares, ya que incluso en el pasado reciente, eran notorios por su mal funcionamiento.
Los expertos nucleares también han manifestado que la mayoría de los países que están apostando seriamente por las armas nucleares eligen un modelo más avanzado para dominar.
Señalan que cuanto más avanzadas sean las centrífugas de las que Teherán habla públicamente, más parece un truco de relaciones públicas.
Además, Irán solo tiene unos pocos cientos de centrífugas más avanzadas, mientras que tiene cerca de 20 mil IR-1 e IR-2ms.
Muchos expertos indican que estos modelos menos avanzados siguen siendo la verdadera amenaza porque hay muchos de ellos.
Si Irán volviera a conectar todos sus IR-1 e IR-2ms -alrededor del 75% de los cuales están actualmente fuera de línea, eso sería mucho más amenazador que el pequeño número de modelos más avanzados.
Y una vez más, mucho uranio ya está enriquecido.
También se ha hablado mucho de Stuxnet y de la guerra cibernética.
Según informes extranjeros, el ciberataque de Stuxnet en el 2010 por parte de la inteligencia estadounidense, israelí y holandesa hizo retroceder a la República Islámica en cuanto a su progreso hacia una bomba.
Pero Teherán eventualmente saltó más allá del punto donde había estado en el 2010.
Si alguna de las cuatro explosiones fue un ataque de algún tipo por los Estados Unidos, Israel, los saudíes o alguien más, el objetivo es, a lo sumo, jugar con el tiempo, posiblemente hasta las elecciones de los Estados Unidos, y prefigurar más amenazas en el futuro si los ayatolás se acercan a un arma nuclear.
Pero ya sea en el ámbito diplomático, militar o de las sanciones, se necesitará mucho más que estas cuatro explosiones para detener la marcha de Irán hacia un arma nuclear a largo plazo.