El gobierno británico se encuentra en un dilema sobre la posibilidad de proscribir a la Guardia Revolucionaria de Irán (CGRI) como grupo terrorista, según informes recientes. Mientras la ministra del Interior, Suella Braverman, y el ministro de Seguridad, Tom Tugendhat, respaldan esta medida y se alinean con la política estadounidense, el ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly, parece oponerse.
Críticos argumentan que Cleverly está mal asesorado por funcionarios y que su postura está influenciada por ellos. La semana pasada, el activista británico-iraní Vahid Beheshti finalizó su huelga de hambre de 73 días frente al edificio del Foreign Office en Londres. Beheshti, quien se encuentra en recuperación hospitalaria, ha instado al gobierno británico a prohibir al CGRI y cuenta con el respaldo de más de cien parlamentarios británicos.
Gobierno británico dividido
La posible prohibición del CGRI ha provocado un debate interno en el Gobierno británico. Por un lado, Estados Unidos considera al CGRI como una “organización terrorista extranjera” y ha señalado su historial de asesinatos y atentados contra civiles en la región y en el mundo. Las autoridades británicas han revelado recientemente que han desbaratado 15 complots de Irán para secuestrar o asesinar a personas en el Reino Unido que consideran “enemigas del régimen”.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores muestra cierta reticencia hacia la designación terrorista del CGRI, argumentando que es necesario considerar la inteligencia y mantener el diálogo en lugar de realizar un “gesto” unilateral. Existe preocupación sobre posibles represalias por parte de Teherán, como ataques contra ciudadanos británicos en Irán o en suelo británico.
Llamados a la prohibición del CGRI
A pesar de las divisiones internas, voces dentro y fuera del Gobierno han respaldado la prohibición del CGRI. El ministro de Seguridad en la sombra del Partido Laborista, Holly Lynch, se unió a los llamados, afirmando que una prohibición no sería solo un gesto simbólico, sino una medida poderosa para dar a las fuerzas del orden los poderes necesarios para combatir el apoyo al CGRI dentro del Reino Unido.
En una conferencia sobre seguridad en Londres, Lynch expresó su indignación por los 15 complots desmantelados en el país y señaló la importancia de proteger a los periodistas en el Reino Unido. Además, destacó la necesidad de una respuesta contundente del Reino Unido frente a los estados hostiles que exportan tiranía y persiguen a sus oponentes en suelo británico.
La decisión final sobre la prohibición del CGRI en el Reino Unido sigue siendo incierta, pero la presión para tomar una medida concreta continúa aumentando tanto desde dentro del gobierno como desde la oposición. El debate sobre la proscripción del CGRI refleja las complejas relaciones entre el Reino Unido e Irán, así como las implicaciones de seguridad nacional y diplomacia que están en juego.