El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, llegará a Teherán este miércoles para mantener conversaciones clave sobre el desarrollo nuclear de Irán. Antes de su viaje, advirtió que “el margen de maniobra se está reduciendo”.
La visita de Grossi ocurre solo dos días después de que el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmara que las instalaciones nucleares iraníes están “más expuestas que nunca a ataques”. Durante años, Israel y otros países han acusado a Irán de buscar armas nucleares, una acusación que Teherán niega rotundamente.
Irán ha lanzado dos misiles contra Israel en lo que va de año. El primero ocurrió en abril, en respuesta a un ataque aéreo israelí en Damasco que mató a un alto comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI). El segundo ataque tuvo lugar en octubre, tras el asesinato de líderes terroristas respaldados por Irán. Israel respondió con ataques aéreos dirigidos a baterías de defensa aérea iraníes y a sitios militares clave.
Teherán sigue apoyando a grupos armados en la región, entre ellos Hamás en Gaza y Hezbolá en el Líbano, ambos catalogados como organizaciones terroristas. Sus dirigentes han pedido la destrucción de Israel, manteniendo tensiones crecientes en la región.
Grossi insta a soluciones diplomáticas ante tensiones nucleares
En una entrevista previa con la AFP, Grossi subrayó que “los márgenes de maniobra empiezan a reducirse”, haciendo hincapié en la urgencia de encontrar soluciones diplomáticas. Aunque el OIEA mantiene acceso para inspeccionar las instalaciones nucleares iraníes, Grossi insistió en la necesidad de “mayor visibilidad” debido a la magnitud del programa.
“Tienen una gran cantidad de material nuclear que podría eventualmente usarse para crear un arma”, explicó Grossi en una entrevista con CNN, reiterando que “actualmente no poseen un arma nuclear”.
El viaje de Grossi se produce en medio de un contexto político internacional agitado. Donald Trump, quien se retiró del acuerdo nuclear con Irán en 2018, ha sido reelegido presidente de Estados Unidos. Aunque Trump afirmó que no busca dañar a Irán, también insistió en que “no pueden tener un arma nuclear”.
En 2015, varias potencias mundiales, incluyendo Estados Unidos, negociaron un acuerdo nuclear con Irán. Este acuerdo permitió reducir las sanciones a cambio de que Irán garantizara no desarrollar armas nucleares. Sin embargo, tras la retirada de Trump del pacto, Irán comenzó a incumplir gradualmente sus compromisos.
Irán sigue aumentando su enriquecimiento de uranio
El OIEA ha informado que Irán ha aumentado significativamente sus reservas de uranio enriquecido, alcanzando niveles del 60%, cerca del 90% requerido para fabricar una bomba atómica. Esta situación se agrava mientras se espera la visita de Grossi, la primera desde mayo, con la esperanza de restablecer las negociaciones.
Un comunicado del OIEA confirmó que se llevarán a cabo “reuniones de alto nivel” con el gobierno iraní y “discusiones técnicas” para abordar todos los aspectos del programa nuclear.
Las tensiones han crecido tras la desconexión de cámaras de vigilancia por parte de Irán, lo que ha limitado la capacidad del OIEA de supervisar el programa nuclear. Esta medida es parte de la estrategia de Teherán para disminuir su cooperación con la agencia de la ONU.
El programa nuclear iraní tiene sus raíces en la década de 1950, cuando el shah de Irán, Mohammad Reza Pahlavi, firmó un acuerdo de cooperación nuclear con Estados Unidos. En 1970, Irán ratificó el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), comprometiéndose a declarar sus materiales nucleares ante el OIEA.
Debate interno sobre la doctrina nuclear de Irán
A medida que las tensiones con Israel escalan, algunos parlamentarios iraníes han instado al gobierno a reconsiderar su posición sobre las armas nucleares. Han pedido al líder supremo Ali Jamenei que revise su fatwa que prohíbe el desarrollo de armas nucleares, sugiriendo que Irán debería adaptarse a la situación actual.
A pesar de las crecientes presiones internas y externas, Irán mantiene su postura oficial de que su programa nuclear tiene fines exclusivamente pacíficos, rechazando todas las acusaciones sobre el desarrollo de armas nucleares.