Una enorme estatua del general Qassem Soleimani -el difunto comandante de la temida Fuerza Quds de Irán que fue asesinado por un ataque de un avión no tripulado estadounidense- fue quemada por manifestantes el miércoles por la noche, apenas unas horas después de que fuera inaugurada en la ciudad provincial de Shahr-e Kord.
Activistas de la oposición iraní compartieron en las redes sociales vídeos e imágenes fijas de la estatua consumida por las llamas. Algunos comentaristas afirmaron que el aparente incendio provocado era un símbolo dramático del fracaso del régimen islamista de Irán para imponer a Soleimani como símbolo de la unidad nacional iraní.
Los medios de comunicación oficiales iraníes insinuaron una conspiración más profunda detrás de la quema de la estatua. “Este crimen traicionero se llevó a cabo en la oscuridad, al igual que el otro crimen cometido por la noche en el aeropuerto de Bagdad”, declaró un informe de la agencia de noticias ISNA, que describió la quema de la estatua como un “acto vergonzoso de individuos desconocidos”.
Soleimani fue asesinado en la madrugada del 3 de enero de 2020 durante un ataque de un dron estadounidense en el aeropuerto de Bagdad, donde acababa de aterrizar antes de una reunión con el primer ministro de Irak. “Se trataba de un tipo malo, y era el momento de eliminarlo”, dijo el entonces secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, sobre la operación, y añadió que, como comandante de la Fuerza Quds (IRGC-QF) -el ala internacional Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos-, Soleimani había sido responsable de la muerte y el desplazamiento de miles de civiles en Irak y Siria.
La quema de la estatua de Soleimani en Shahr-e Kord, capital de la conflictiva provincia iraní de Chaharmahal y Bakhtiari, en el suroeste del país, continúa una pauta en los últimos meses de quema de pancartas y carteles con líderes iraníes. El pasado mes de agosto, se informó de la quema de otra estatua de Soleimani en la ciudad de Yasuj, situada en la vecina provincia de Kohgiluyeh y Boyer-Ahmad.
Al conmemorarse esta semana el segundo aniversario de la muerte de Soleimani, Irán reavivó los llamamientos para que funcionarios estadounidenses e israelíes rindan cuentas por el asesinato.
“Dadas las nefastas implicaciones de este acto terrorista para la paz y la seguridad internacionales, el Consejo de Seguridad debe estar a la altura de sus responsabilidades, basadas en la Carta [de la ONU], y hacer que Estados Unidos y el régimen israelí rindan cuentas por la planificación, el apoyo y la comisión de ese acto terrorista”, declaró el lunes el embajador iraní ante la ONU, Majid Takht Ravanchi, en una carta dirigida al presidente del Consejo de Seguridad de la ONU.