Irán advirtió a Israel sobre posibles “consecuencias imprevistas” si continúa con acciones militares en el Líbano.
Irán advierte sobre “consecuencias imprevistas” por acciones de Israel
El domingo, Irán lanzó una advertencia a Israel, señalando que cualquier nueva “aventura” militar en Líbano podría generar “consecuencias imprevistas”. Esta advertencia surge en respuesta a la promesa de Israel de tomar medidas severas tras un ataque con cohetes por parte de Hezbolá, grupo terrorista apoyado por Irán, que se saldó con la muerte de 12 niños en la ciudad drusa de Majdal Shams.
Nasser Kanaani, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, afirmó que “cualquier acción ignorante del régimen sionista puede llevar a ampliar el alcance de la inestabilidad, la inseguridad y la guerra en la región”. Además, advirtió que Israel sería responsable de las “consecuencias y reacciones imprevistas a un comportamiento tan estúpido”.
En respuesta al ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel atacaron objetivos de Hezbolá, incluyendo depósitos de armas e infraestructuras cerca de Tiro y en el sur de Líbano. Irán también apoya al grupo terrorista Hamás en Gaza, que ha estado en conflicto con Israel desde el ataque del 7 de octubre, en el que miles de terroristas mataron a unas 1.200 personas y tomaron 251 rehenes. Irán también apoya a los islamistas hutíes en Yemen, así como a las milicias en Irak y Siria, todos los cuales han atacado a Israel y sus aliados desde el comienzo de la guerra.
Israel promete una respuesta severa tras el ataque en Majdal Shams
Israel ha prometido una respuesta contundente tras el ataque con cohetes que mató a 12 niños en Majdal Shams. Líderes israelíes de todo el espectro político exigen una rápida y dura represalia contra Hezbolá, quien es considerado responsable del ataque. El ministro de Asuntos Exteriores, Israel Katz, señaló que Israel se acerca a una guerra total contra Hezbolá y Líbano, y prometió que el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, sería eliminado y que Líbano sufriría graves daños.
Katz también declaró que el Ministerio de Asuntos Exteriores está preparando una campaña internacional para obtener apoyo y legitimidad para la acción israelí en Líbano, señalando directamente a Irán como responsable. Sin embargo, una fuente de seguridad israelí anónima indicó que Israel no tiene intención de provocar una guerra.
El primer ministro Benjamin Netanyahu recortó su viaje a Estados Unidos tras el ataque y se espera que regrese a Israel para asistir a una reunión del gabinete de seguridad. Netanyahu prometió al líder espiritual de la comunidad drusa que Israel no dejará pasar el ataque desapercibido y que Hezbolá pagará un alto precio. Inmediatamente después del ataque, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, fue informado por altos funcionarios militares y de seguridad sobre las opciones de Israel “para actuar contra Hezbolá”, en una reunión a la que asistieron Halevi y los jefes del Shin Bet y el Mossad.
Las Fuerzas de Defensa de Israel aumentan su preparación en el norte
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, teniente general Herzi Halevi, visitó Majdal Shams y aseguró a los líderes de la comunidad que el ataque sería respondido con una “respuesta muy, muy significativa”. Halevi prometió que Israel golpearía con fuerza a Hezbolá y que el ejército está aumentando su preparación para la siguiente fase de la lucha en el norte, mientras continúa combatiendo a Hamás en Gaza.
Halevi afirmó que Israel está seguro de que Hezbolá es responsable del ataque, a pesar de las negaciones del grupo. Según Halevi, el cohete utilizado es un Falaq-1 con una ojiva de 53 kilogramos, que solo Hezbolá posee en Líbano. La evaluación israelí es compartida por funcionarios de inteligencia estadounidenses, aunque no están seguros de que el campo de fútbol fuera un objetivo intencional.
Desde el 8 de octubre, las fuerzas lideradas por Hezbolá han atacado comunidades israelíes y puestos militares a lo largo de la frontera casi a diario, en apoyo a Gaza. Hasta el momento, los enfrentamientos con Hezbolá han causado la muerte de 24 civiles israelíes y 18 soldados y reservistas de las FDI. Hezbolá ha identificado a 381 miembros muertos, la mayoría en Líbano, algunos en Siria, además de otros 68 miembros de grupos terroristas y civiles.
Reacciones internacionales al conflicto en la frontera israelí-libanesa
Estados Unidos ha expresado preocupación por una posible escalada tras el ataque en Majdal Shams. Un funcionario estadounidense advirtió que este incidente podría ser el detonante de una escalada regional, algo que se ha tratado de evitar durante meses. La Casa Blanca reiteró su apoyo firme e inquebrantable a la seguridad de Israel frente a todos los grupos terroristas respaldados por Irán, incluido Hezbolá.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, calificó el ataque como un “baño de sangre” y pidió una investigación internacional independiente. Instó a todas las partes a ejercer la máxima moderación y evitar una mayor escalada.
El gobierno del Líbano emitió un comunicado pidiendo el cese inmediato de las hostilidades y condenó todos los ataques contra civiles. La ONU también instó a la moderación, advirtiendo que los enfrentamientos casi diarios en la frontera tienen el potencial de desencadenar una catástrofe regional.
Israel considera una guerra a gran escala contra Hezbolá
En Israel, los miembros de la coalición gubernamental y de la oposición han pedido una guerra a gran escala contra Hezbolá. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, afirmó que el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, debería pagar con su vida por la muerte de los niños en Majdal Shams y que el Líbano entero debe pagar el precio.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, insistió en que Israel está en estado de guerra en el norte desde el 8 de octubre y que es necesario derrotar al enemigo. Acusó a los responsables de la toma de decisiones de no reconocer la batalla contra Hezbolá durante meses y llamó a la guerra en el norte.
Los miembros de la oposición también exigieron represalias. Michel Buskila, diputado de Nueva Esperanza, pidió que Jerusalén destroce Beirut, mientras que Avigdor Liberman, presidente de Yisrael Beytenu, declaró que Nasrallah debe pagar el precio por sus acciones.
Israel se prepara para más enfrentamientos en el norte y en Gaza
El jefe del Estado Mayor de las FDI, Herzi Halevi, visitó Majdal Shams y prometió una “respuesta significativa” contra Hezbolá. Subrayó que Israel aumentará su preparación para futuros enfrentamientos en el norte mientras continúa combatiendo a Hamás en Gaza. Halevi dijo que Israel está seguro de la responsabilidad de Hezbolá en el ataque, a pesar de las negaciones del grupo, y que el cohete Falaq-1 utilizado solo está en manos de Hezbolá en Líbano.
La evaluación de Israel es compartida por funcionarios de inteligencia estadounidenses, aunque no están seguros de que el campo de fútbol fuera un objetivo intencional. Desde el 8 de octubre, Hezbolá ha atacado comunidades y puestos militares israelíes casi a diario en apoyo a Gaza. Los enfrentamientos han dejado 24 civiles israelíes muertos y 18 soldados y reservistas de las FDI muertos. Hezbolá ha reportado la muerte de 381 miembros, la mayoría en Líbano, y otros 68 miembros de grupos terroristas.
Estados Unidos expresó su preocupación por una posible escalada tras el ataque en Majdal Shams, mientras que la Casa Blanca reiteró su apoyo a la seguridad de Israel contra los grupos terroristas respaldados por Irán, incluido Hezbolá. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, pidió una investigación internacional independiente y moderación por parte de todas las partes involucradas.
El gobierno libanés y la ONU piden cese de hostilidades
El gobierno del Líbano emitió un comunicado pidiendo el cese inmediato de las hostilidades y condenó todos los ataques contra civiles. La ONU también instó a la moderación, advirtiendo que los enfrentamientos casi diarios en la frontera podrían desencadenar una catástrofe regional. En Israel, tanto miembros de la coalición gubernamental como de la oposición pidieron una guerra a gran escala contra Hezbolá.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, afirmó que el líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, debe pagar con su vida por la muerte de los niños en Majdal Shams y que el Líbano entero debe pagar el precio. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, insistió en que Israel está en estado de guerra en el norte desde el 8 de octubre y que es necesario derrotar al enemigo.
Los miembros de la oposición también exigieron represalias. Michel Buskila, diputado de Nueva Esperanza, pidió que Jerusalén destroce Beirut, mientras que Avigdor Liberman, presidente de Yisrael Beytenu, declaró que Nasrallah debe pagar el precio por sus acciones.