El viceministro de Relaciones Exteriores de Irán, Kazem Gharibabadi, declaró que las amenazas europeas de restablecer sanciones podrían llevar a su país a retirarse del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), considerado una de las últimas restricciones vigentes sobre el programa nuclear iraní. La advertencia se formuló antes de una reunión prevista para el viernes en Estambul con representantes del Reino Unido, Francia y Alemania.
Durante una conferencia con periodistas, Gharibabadi expresó que su país presentó un recurso contra las posibles sanciones financieras. Las tres naciones europeas barajan activar una cláusula del acuerdo nuclear que reestablecería sanciones si Irán no accede a limitar su programa nuclear antes de agosto. El diplomático iraní mencionó que ha participado en las negociaciones nucleares previas y que las presiones internas se han intensificado tras recientes ataques israelíes y estadounidenses contra instalaciones nucleares iraníes.
Gharibabadi afirmó que Irán ha respetado el TNP desde 1970, pero añadió: “Estoy bastante seguro de que si se desencadena el retroceso, Irán no mostrará más moderación en este sentido”. En caso de retiro, Irán se convertiría en el segundo país en salir del tratado, después de Corea del Norte, cuya decisión en 2003 nunca fue reconocida formalmente por la comunidad internacional.
El funcionario iraní confirmó que su país considera posible reanudar negociaciones con Estados Unidos. Según sus palabras, “cuanto antes, mejor”. Sin embargo, advirtió a Washington que no utilice la diplomacia como cobertura para una acción militar, en alusión a los contactos bilaterales celebrados pocos días antes de que Israel iniciara ataques aéreos sobre territorio iraní.
Respecto a la reunión con los europeos, Gharibabadi sostuvo que el encuentro será decisivo, aunque su resultado dependerá de la actitud que adopten los países europeos. Subrayó: “Siempre hemos valorado nuestras reuniones con los países europeos. Pero hay un tema importante: creo que siempre les hemos dicho que las políticas de los países europeos deben ser independientes. No deberían coordinar sus posiciones con los estadounidenses”.