Los ciberataques iraníes han aumentado desde el 7 de octubre, y persisten pese a los intentos de desescalada entre Israel y Hamás.
Los ciberataques iraníes no cesarán, incluso si se logra un alto el fuego
Desde el ataque del 7 de octubre liderado por Hamás, los ciberataques iraníes contra Israel han aumentado considerablemente. Aunque la guerra física continúa, los analistas de ciberseguridad prevén que la guerra digital persistirá, incluso si se alcanza un alto el fuego o una desescalada en Gaza. Según expertos, la guerra en el ciberespacio podría prolongarse indefinidamente, ya que los piratas informáticos iraníes, apoyados por el régimen, están afinando constantemente sus habilidades.
Los ataques cibernéticos iraníes, que han afectado tanto a infraestructuras gubernamentales como privadas en Israel, son una estrategia clave de defensa para Teherán. Ben Read, director de análisis de ciberespionaje en Mandiant, una empresa de ciberseguridad de Google, expresó que incluso en el caso de una mejora de las condiciones en Gaza, Irán no mostrará satisfacción ni reducirá sus incursiones cibernéticas.
Desde que Hamás atacó Israel, causando más de 1.200 muertos y secuestrando a más de 250 personas, grupos de ciberdelincuentes alineados con Irán han intensificado sus acciones. En respuesta, piratas informáticos vinculados a Israel han atacado infraestructuras críticas iraníes, incluidas gasolineras.
El desarrollo cibernético iraní se ha convertido en una amenaza global
La guerra cibernética de Irán ha estado en desarrollo durante más de una década. En 2012, el virus “Shamoon” paralizó 30,000 computadoras de Saudi Aramco, y en 2020 atacaron a Gilead Sciences para obtener investigaciones sobre el COVID-19. John Fokker, jefe de inteligencia sobre amenazas en Trellix, destacó que los ciberataques iraníes han avanzado rápidamente, lo que los convierte en una amenaza significativa para las infraestructuras globales.
En noviembre, el grupo de piratas “Cyber Av3ngers”, vinculado a Irán, se atribuyó la responsabilidad de un ataque contra sistemas de tratamiento de agua en Estados Unidos. Este tipo de ataques demuestra la capacidad de Irán para interrumpir infraestructuras clave a nivel internacional. Además, la comunidad de inteligencia estadounidense ha señalado a Irán por intentar atacar las campañas presidenciales de Donald Trump y Kamala Harris.
La estrategia de Irán no solo se centra en los ataques directos. Según James Shires, experto en tecnología y conflictos cibernéticos, Teherán también ha intensificado operaciones de desinformación y manipulación de redes sociales para influir en la percepción pública, lo que subraya la importancia de las guerras de percepción en los conflictos modernos.
El uso de inteligencia artificial en campañas de desinformación por Irán
La desinformación ha sido una herramienta clave para Irán en su guerra cibernética. Shires señala que Irán ha utilizado inteligencia artificial para generar sitios web de noticias falsas con el fin de influir en votantes estadounidenses. A pesar de los avances tecnológicos, los expertos consideran que las capacidades cibernéticas iraníes aún no igualan a las de Rusia o China, aunque son altamente disruptivas.
Grupos como APT33, APT34 y APT42, vinculados a las fuerzas armadas iraníes, han estado detrás de muchas de estas operaciones. Estas entidades han dirigido ataques contra funcionarios militares israelíes y campañas políticas en Estados Unidos. Recientemente, se descubrió que APT34 ha llevado a cabo espionaje en África y Arabia Saudita, y ha comprometido empresas israelíes, como un sitio web de recursos humanos.
A pesar de su habilidad, estos grupos se han centrado en lo que los expertos llaman “objetivos fáciles de alcanzar”, como universidades y negocios, en lugar de infraestructuras sensibles de defensa, según Read.
Los aliados de Irán también se suman a la ciberguerra
Los aliados de Irán en la región también juegan un papel importante en la guerra cibernética. Grupos como Hezbolá y los hutíes, respaldados por Teherán, han lanzado ataques cibernéticos en Oriente Medio. En noviembre, piratas informáticos vinculados a Hezbolá atacaron el Centro Médico Ziv en Israel, mientras que los hutíes han desplegado software espía contra objetivos en Arabia Saudita, Egipto y Turquía.
A pesar de los esfuerzos por lograr un alto el fuego entre Israel y Hamás, los expertos consideran que las actividades cibernéticas iraníes no disminuirán. Shires advierte que un ciberataque mal calculado podría intensificar aún más las tensiones entre las partes.
Finalmente, los expertos subrayan que Irán ve el ciberespacio como una herramienta esencial no solo para la guerra, sino también para la influencia y el espionaje, lo que indica que la guerra digital apenas está comenzando.