El gobierno de Irán ha sentenciado a tres individuos a la pena capital por el asesinato en 2020 de Mohsen Fakhrizadeh, uno de los más destacados científicos nucleares del país, según lo anunció el poder judicial.
“El proceso judicial de estos tres individuos se realizó en el Tribunal Revolucionario de Urmia, donde recibieron la pena de muerte en la primera instancia, y el caso se encuentra actualmente en fase de apelación”, declaró el portavoz del poder judicial, Asghar Jahangir, durante una rueda de prensa celebrada en Teherán.
Fakhrizadeh fue asesinado en noviembre de 2020 cuando su vehículo fue atacado en una autopista en las afueras de Teherán. Las autoridades iraníes atribuyeron el atentado a Israel.
“Tras una serie de investigaciones, tres de las ocho personas arrestadas en la provincia de Azerbaiyán Occidental fueron acusadas de espionaje a favor del régimen ocupante de Israel”, explicó Jahangir. Asimismo, detalló que los tres sentenciados también fueron acusados de introducir materiales en Irán, con el fin de asesinar a Fakhrizadeh, bajo la falsa excusa de contrabandear bebidas alcohólicas.
En diciembre de 2022, el portavoz judicial de ese entonces, Massoud Setayeshi, informó que nueve personas habían sido acusadas de “corrupción en la tierra”, un delito capital, por supuestamente colaborar con Israel en la planificación del asesinato.
Fakhrizadeh, quien estaba bajo sanciones impuestas por los Estados Unidos debido a su implicación en el programa nuclear iraní, fue atacado con una bomba y una ametralladora controlada a distancia, según las autoridades iraníes. Israel nunca ha emitido comentarios acerca del asesinato.
En 2018, Israel acusó a Fakhrizadeh de encabezar un proyecto iraní para desarrollar armas nucleares, una acusación que Irán siempre ha negado enfáticamente.
La sentencia contra los tres condenados se dio a conocer un día después de la ejecución de Arvin Nathaniel Ghahremani, un judío iraní. Ghahremani fue ejecutado tras dos años de esfuerzos por parte de su familia y la comunidad judía local para salvarle de la pena de muerte, después de haber sido condenado por apuñalar a una persona de manera fatal, hecho que, según él, ocurrió en defensa propia.