El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, no descartó un posible diálogo con Washington, pero dejó claro que solo ocurriría si ambas partes negocian en igualdad de condiciones, según informó el jueves un diario estatal iraní.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró la semana pasada haber enviado una carta al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, con una propuesta de conversaciones nucleares. Sin embargo, también advirtió que su gobierno contempla dos opciones para tratar con Teherán: alcanzar un acuerdo o recurrir a la vía militar.
Araghchi señaló en una entrevista que negociar bajo una política de “máxima presión” colocaría a Irán en una posición desfavorable, impidiendo cualquier avance significativo. “Solo cuando la otra parte reconozca que la presión es ineficaz podremos sentarnos a dialogar en igualdad de condiciones”, afirmó.
El ayatolá Jamenei reforzó esa postura el miércoles, al afirmar que negociar con la administración Trump solo intensificaría las sanciones y aumentaría la presión sobre Irán.
En 2018, durante su primer mandato, Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Irán y las principales potencias mundiales, restableciendo sanciones que golpearon duramente la economía iraní.
A pesar de que Trump mantiene abierta la posibilidad de un nuevo pacto nuclear, su estrategia se ha centrado en reactivar la campaña de “máxima presión” para aislar económicamente a Irán y reducir a cero sus exportaciones de petróleo.
Por su parte, Irán ha negado reiteradamente que busque desarrollar un arma nuclear. No obstante, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) informó el mes pasado que las reservas iraníes de uranio enriquecido han aumentado hasta un 60% de pureza, acercándose al 90% necesario para uso militar.
Las tensiones en la región se han intensificado debido a la hostilidad entre Irán e Israel. Mientras Teherán ha reiterado su intención de destruir Israel, el gobierno israelí ha advertido que atacará instalaciones nucleares iraníes si la diplomacia no frena las ambiciones atómicas del régimen.
El año pasado, Israel llevó a cabo ataques contra instalaciones militares iraníes, incluyendo fábricas de misiles y sistemas de defensa aérea, en represalia por ofensivas con misiles y drones lanzadas por Irán. Aunque funcionarios estadounidenses y analistas aseguran que esas acciones redujeron la capacidad militar convencional de Teherán, el gobierno iraní ha rechazado esa evaluación.