Hace más de una década, Irán afirmó haber puesto en marcha su caza furtivo de “quinta generación” Qaher-313, proyectado como el avión de guerra más avanzado del país. Ahora, el Ministerio de Defensa iraní afirma que el país está listo para convertir este caza furtivo en un vehículo aéreo no tripulado (UAV).
El director gerente de la Organización de Industrias de Aviación de Irán (IAIO), filial del Ministerio de Defensa, declaró en televisión que el proyecto del caza Qaher había alcanzado la plena madurez tecnológica, informó la agencia de noticias Tasnim.
El general Afshin Khajefard anunció en su discurso que el Ministerio de Defensa se está centrando en la diversidad del producto acabado, haciendo hincapié en que el caza Qaher se convertirá finalmente en un avión sin piloto.
El anuncio se produce tras el amplio despliegue en Ucrania de los drones kamikazes iraníes de clase Shahed, que han golpeado con éxito la infraestructura energética y militar de Kiev. Además, Irán ha potenciado su industria de vehículos aéreos no tripulados en los últimos años, algo de lo que se siente muy orgulloso.
El funcionario iraní también declaró que, en el próximo año iraní, que comienza el 21 de marzo, el país introducirá varias iteraciones del Qaher. Destacó en su discurso que el Ministerio de Defensa había modificado el avión furtivo.
El anuncio es ambicioso, ya que el país sigue operando una flota de F-14 Tomcats, F-5 Tigers y F-4 Phantoms estadounidenses que tienen al menos cuatro décadas de antigüedad, además de los MiG-29 adquiridos a Moscú en la década de 1990.
La flota de cazas de Irán ha envejecido rápidamente, lo que ha podido mantener sin ayuda estadounidense.
Sin embargo, a pesar de los avances logrados en la fabricación militar nacional y el mantenimiento de los viejos aviones, se han sembrado dudas sobre la capacidad de Teherán para producir un avión furtivo de quinta generación de forma autóctona.
Comentaristas militares occidentales han llegado a afirmar que el país presentó el avión furtivo para compensar la obsolescencia de su flota de cazas y que se trataba de un mero ejercicio de propaganda.
Cuando Irán desveló el prototipo de este avión, que lleva en desarrollo desde 2013, expertos en aviación de todo el mundo lo descartaron con el argumento de que la construcción iraní del jet sería imposible debido a la falta de tecnologías analíticas y de sensores en Irán.
En un primer momento, el avión suscitó sospechas y rápidamente adquirió notoriedad entre los aficionados militares, que se burlaron de él por considerarlo una burda maqueta y una estratagema publicitaria destinada a deslumbrar al mercado nacional, como señaló anteriormente EurAsian Times.
Sin embargo, a pesar del escepticismo mundial y del rechazo de su “avión furtivo” de fabricación nacional, Irán ha seguido trabajando en el programa y ha decidido convertir el pequeño fuselaje en un avión no tripulado, lo que se produce en el contexto de una floreciente capacidad de fabricación de vehículos aéreos no tripulados y del interés mundial por sus vehículos aéreos no tripulados de combate.
¿Qué sabemos del “Qaher” iraní?
El presunto caza furtivo iraní “Qaher” fue presentado hace casi una década en un acto escenificado en febrero de 2013. El país presentó por primera vez el prototipo de jet cuatro años después, en 2017.
En ese momento, los funcionarios iraníes afirmaron que la aeronave podía transportar una bomba de 2.000 kilogramos o al menos seis misiles aire-aire.
Sin embargo, la aeronave delgada, monomotor y monoplaza con las puntas de las alas anhedrales y los canards frontales poco sigilosos parecía algo extraño. Los expertos sugirieron que las pruebas de vídeo posteriores de un supuesto “vuelo de prueba” mostraban simplemente un pequeño avión no tripulado. Cabe destacar, por tanto, que Teherán está convirtiendo el Qaher en un dron.
Según informes de la época, los aviones monomotor tenían demasiados problemas de ingeniería. Eran demasiado pequeños para ser considerados aviones de cuarta generación, por no hablar de aviones furtivos de quinta generación. Los expertos bromeaban diciendo que el Qaher-313 se parecía más a un puntal de cine que a un avión de combate del siglo XXI.
Un análisis del avión anterior publicado puso de relieve que el “Qaher” iraní tenía bordes afilados y ángulos y aristas reconocibles del F-22 estadounidense, además de una forma de doble cola bastante similar a la del F-35 Lightning II.
Además, lucía grandes alerones fijos, con la sección externa de las pequeñas alas inclinada hacia abajo.
Tras estudiar las fotos y vídeos del supuesto avión furtivo, los expertos militares y aeronáuticos opinaron que la cabina del avión parecía muy peculiar, con una instrumentación fundamental y no de “quinta generación”, sin cableado en el panel frontal, y una configuración parecida a la de un pequeño avión privado.
El morro del Qaher-313 estaba diseñado para ser tan pequeño que apenas cabía un radar en su interior. Las tomas de aire, el componente más crucial, eran comparables a las de los pequeños drones. Y lo que es más importante, se observó que el reactor carecía de tobera, lo que provocaría que toda la aeronave quedara fundida por la postcombustión del motor.
Irán también intentó reforzar la confianza de la comunidad militar mundial difundiendo un vídeo en el que se veía volar el caza. Sin embargo, a las pocas horas se descubrió que era un pésimo intento de photoshop.
A Irán se le ha negado el equipamiento y la tecnología esenciales para modernizar su ejército debido al embargo de armas impuesto durante años por Estados Unidos y sus aliados. Aunque la nación avanzó rápidamente en el desarrollo de misiles, la creación de un avión de combate de quinta generación que pudiera hacer frente a la mejor superioridad aérea de sus competidores se ha tachado de quimera.
Sin embargo, puede ser pertinente destacar la declaración del funcionario iraní de que el Qaher ha sido modificado desde entonces. Sería interesante ver el resultado, en forma de un avión no tripulado que parece adecuado dado el tamaño del Qaher, cuando finalmente se presente el mes que viene.