El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán describió el sábado como “falso” el acuerdo entre Sudán e Israel para normalizar los lazos y acusó a Jartum de pagar un rescate a cambio de que Washington lo eliminara de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
El acuerdo alcanzado el viernes marcó el tercer gobierno árabe después de los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein en dejar de lado las hostilidades con Israel en los últimos dos meses.
“Paguen suficiente rescate, cierren los ojos a los crímenes contra los palestinos, entonces serán retirados de la llamada lista negra de ‘terrorismo’”, dijo a través de Twitter el ministerio en inglés. “Obviamente, la lista es tan falsa como la lucha de EE.UU. contra el terrorismo. Vergonzoso”.
El presidente de EE.UU. Donald Trump anunció el lunes que sacaría a Sudán de la lista una vez que depositara los 335 millones de dólares que se había comprometido a pagar en compensación.
Desde entonces, Jartum ha depositado los fondos en una cuenta de garantía bloqueada especial para las víctimas de los ataques de Al Qaeda a las embajadas de EE.UU. en Kenia y Tanzania en 1998.
Trump también dijo que los palestinos “quieren hacer algo” pero no ofreció ninguna prueba. Los líderes palestinos han condenado las recientes propuestas árabes a Israel como una traición. Se han negado a comprometerse con la administración Trump, considerándola parcial a favor de Israel.
En las últimas semanas, los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein se convirtieron en los primeros Estados árabes en un cuarto de siglo en aceptar relaciones formales con Israel, forjadas en gran medida por los temores compartidos por el Irán.
Los dirigentes militares y civiles del gobierno de transición del Sudán han estado divididos sobre la rapidez y el alcance del establecimiento de relaciones con Israel.
Un punto de fricción en las negociaciones fue la insistencia de Sudán en que cualquier anuncio de la retirada de Jartum de la lista de terroristas no se vinculara explícitamente a las relaciones con Israel.
La designación de Sudán en 1993 como Estado patrocinador del terrorismo data de su gobernante derrocado Omar al-Bashir y ha dificultado el acceso del gobierno de transición de Jartum al alivio de la deuda y la financiación exterior que se necesitan con urgencia.