Diez mujeres pertenecientes a la comunidad Bahai fueron arrestadas el miércoles por las autoridades iraníes, según informó un grupo representante de esta minoría religiosa, que denunció un aumento en la persecución hacia los bahá’ís en Irán. La Comunidad Internacional Bahai (BIC) aseguró que los arrestos ocurrieron sin órdenes previas y tras redadas forzosas en sus hogares.
De acuerdo con el comunicado de la BIC, las fuerzas de seguridad iraníes irrumpieron en las casas escalando muros, coaccionando a vecinos e incluso haciéndose pasar por trabajadores de servicios públicos. Durante las redadas, las mujeres fueron sometidas a registros descritos como invasivos y perturbadores.
Las acusaciones en su contra incluyen actividades educativas y de propaganda consideradas “desviadas” y contrarias a la ley islámica. Simin Fahandej, representante de la BIC ante las Naciones Unidas en Ginebra, condenó las acciones del gobierno iraní calificándolas de injustificadas y dirigidas contra mujeres inocentes cuyo único “delito” ha sido servir a sus comunidades locales.
La BIC señaló que los arrestos son parte de una campaña sistemática y en aumento para perseguir a los miembros de la fe Bahai en Irán. Esta situación preocupa a defensores de derechos humanos y organismos internacionales, quienes ven en estos actos una intensificación de la represión.
En diciembre, expertos de la ONU denunciaron un aumento en los ataques sistemáticos contra las mujeres bahá’ís en el país. Por su parte, Human Rights Watch declaró en abril que la persecución hacia esta comunidad desde la revolución islámica de 1979 constituye un “crimen contra la humanidad de persecución”.
Los bahá’ís enfrentan una discriminación institucionalizada en Irán, donde su fe no está reconocida por la constitución ni cuentan con representación parlamentaria. Aunque se desconoce el número exacto de miembros de esta comunidad en el país, se estima que podrían quedar cientos de miles.
La fe Bahai, una religión monoteísta con origen en Irán durante el siglo XIX, ha sufrido una persecución constante. Ejemplo de ello son Mahvash Sabet y Fariba Kamalabadi, dos destacadas figuras de la comunidad arrestadas en 2022. Ambas cumplen condenas de 10 años y ya habían sido encarceladas en décadas pasadas. Sabet, de 71 años, podría regresar a prisión tras haber recibido permiso para una cirugía a corazón abierto, mientras que Kamalabadi, de 62 años, continúa en prisión.