Teherán defiende su programa nuclear como derecho bajo el TNP, mientras conversaciones con Washington se posponen y crecen tensiones por posible armamentización.
Irán insiste en su derecho nuclear ante aplazamiento de negociaciones
Teherán defendió su posición sobre el enriquecimiento de uranio tras el aplazamiento de las negociaciones previstas con Estados Unidos para abordar preocupaciones sobre su programa nuclear. El ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi, afirmó en una publicación en X que Irán posee “todo el derecho” a mantener el ciclo completo de combustible nuclear, amparándose en su membresía en el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). La declaración responde a las crecientes inquietudes de potencias occidentales, lideradas por Washington, que temen que el programa iraní pueda destinarse a desarrollar armas nucleares, acusación que Teherán rechaza categóricamente.
Las conversaciones, originalmente programadas tras una primera ronda en Roma en abril de 2025, se han retrasado sin una nueva fecha confirmada, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters. Este diálogo, mediado por terceros, busca establecer garantías sobre las actividades nucleares de Irán y evitar una escalada que podría incluir acciones militares, como ha advertido el presidente estadounidense Donald Trump. El retraso se atribuye a desacuerdos sobre las condiciones previas, incluida la demanda de EE. UU. de que Irán detenga el enriquecimiento de uranio a niveles cercanos al grado armamentístico.
Araghchi destacó que varios países miembros del TNP, como Japón y Alemania, enriquecen uranio para fines civiles sin desarrollar armas nucleares, un argumento respaldado por la interpretación de Irán del tratado. El TNP, firmado en 1968, permite a los estados no nucleares acceder a tecnología nuclear pacífica bajo supervisión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados sostienen que el nivel de enriquecimiento alcanzado por Irán, reportado en un 60% por el OIEA, excede lo necesario para un programa civil y se acerca al 90% requerido para una bomba atómica.

El OIEA informó en noviembre de 2024 que Irán acumuló 839,2 kg de uranio enriquecido al 20% en forma de UF6, y 182,3 kg al 60%, cantidades que han generado alarma en Washington y Jerusalén. Estas cifras, verificadas por inspectores internacionales, indican un aumento significativo en la producción iraní, lo que ha intensificado las preocupaciones sobre su capacidad para fabricar un arma nuclear en un plazo corto si así lo decidiera.
Datos clave sobre el programa nuclear de Irán
- Acumulación de uranio: Irán posee 182,3 kg de uranio enriquecido al 60%, suficiente para acercarse al umbral de una bomba si se enriquece al 90%.
- Supervisión del OIEA: El organismo nuclear de la ONU monitorea las instalaciones iraníes, aunque Teherán ha restringido el acceso a inspectores en el pasado.
- Posición del TNP: El tratado garantiza el acceso a tecnología nuclear pacífica, pero prohíbe el desarrollo de armas nucleares.
- Demanda de EE. UU.: Washington exige que Irán cese el enriquecimiento y transfiera su uranio a un tercer país, propuesta rechazada por Teherán.
Tensiones regionales y postura de Israel
El programa nuclear de Irán ha generado particular inquietud en Israel, que considera a Teherán una amenaza existencial. Según el diario hebreo Haaretz, funcionarios israelíes han instado a Estados Unidos a mantener una postura firme en las negociaciones, advirtiendo que un acuerdo débil podría permitir a Irán avanzar hacia capacidades nucleares. Jerusalén ha señalado que no descarta acciones unilaterales si percibe un riesgo inminente, una postura reiterada por el primer ministro Benjamin Netanyahu en recientes declaraciones públicas.

En un informe publicado por el sitio hebreo Ynet, analistas militares indicaron que Israel ha intensificado sus preparativos para posibles operaciones contra instalaciones nucleares iraníes, en coordinación con Washington. Estas medidas incluyen simulacros de la fuerza aérea y actualizaciones de inteligencia sobre los sitios de enriquecimiento en Natanz y Fordo. Sin embargo, fuentes diplomáticas subrayaron que Israel prefiere una solución negociada que evite un conflicto directo, siempre que garantice la seguridad regional.
El contexto de las negociaciones se complica por las posiciones de otros actores internacionales. Rusia, según publicaciones en X, ha emergido como un posible garante de cualquier acuerdo, con propuestas para que el uranio enriquecido de Irán se traslade a su territorio como parte de un compromiso. Esta idea, sin embargo, enfrenta resistencia tanto en Teherán, que se niega a ceder su uranio, como en Washington, que busca garantías más estrictas.
La primera ronda de conversaciones en Oman en abril de 2025, descrita como “constructiva” por ambas partes, estableció un canal de comunicación mediado por el sultanato. Sin embargo, el negociador estadounidense Steve Witkoff insistió en que Irán debe “detener y eliminar su enriquecimiento nuclear” para alcanzar un acuerdo, una condición que Araghchi calificó de inaceptable.
Marco histórico del programa nuclear iraní

El programa nuclear de Irán ha sido objeto de controversia desde principios de la década de 2000, cuando se descubrieron actividades de enriquecimiento no declaradas. En 2015, Teherán firmó el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) con las potencias del P5+1 (EE. UU., Reino Unido, Francia, Rusia, China y Alemania), que limitaba su enriquecimiento a cambio de alivio de sanciones. Sin embargo, la retirada unilateral de EE. UU. del acuerdo en 2018 bajo la administración Trump llevó a Irán a reanudar el enriquecimiento a niveles más altos, argumentando que las sanciones violaban el espíritu del pacto.
Desde entonces, Irán ha incrementado progresivamente su capacidad nuclear. Según el OIEA, en mayo de 2024, Teherán poseía 142,1 kg de uranio enriquecido al 60%, superando el límite de 300 kg establecido por el JCPOA. Esta acumulación, combinada con restricciones al acceso de inspectores, ha alimentado las sospechas de Occidente sobre las intenciones iraníes.
El líder supremo de Irán, Ayatolá Alí Jamenei, ha reiterado en múltiples ocasiones que el programa nuclear es pacífico, respaldado por una fatwa que prohíbe la producción de armas nucleares. No obstante, EE. UU. y Israel argumentan que la infraestructura y el nivel de enriquecimiento de Irán no son consistentes con un programa exclusivamente civil.
Las negociaciones actuales representan un esfuerzo por evitar una confrontación directa en un momento de alta tensión regional. Irán ha advertido que cualquier acción militar contra sus instalaciones nucleares desencadenaría una respuesta significativa, mientras que Israel y EE. UU. han subrayado su compromiso de prevenir un Irán con capacidad nuclear. El desenlace de estas discusiones, ahora pospuestas, será crucial para determinar el rumbo de la seguridad en Oriente Medio.