Irán ejecutó a Mehdi Hassani y Behrouz Ehsani-Eslamloo, miembros del grupo opositor prohibido Mujahideen-e-Khalq (MEK), tras condenarlos por lanzar proyectiles caseros contra infraestructura civil. La agencia judicial Mizan informó que ambos habían construido lanzadores y morteros portátiles en una casa en Teherán, desde donde dispararon hacia viviendas, centros educativos, instalaciones de servicio y edificios administrativos.
El tribunal los condenó por “moharebeh”, término islámico que designa la guerra contra Dios, además de destrucción de propiedad pública y pertenencia a una organización terrorista. La Corte Suprema confirmó el fallo. Según Mizan, también realizaron actividades de propaganda y recopilaron información en beneficio del MEK. Las autoridades declararon que actuaron en coordinación con la dirigencia del grupo, con sede en el extranjero.
Ehsani-Eslamloo fue detenido en 2022 tras una explosión en el Ministerio de Comunicación y Tecnología de la Información, ataque que el MEK reivindicó. El grupo, que combinó ideología izquierdista e islamista en sus orígenes, llevó a cabo campañas de atentados durante el régimen del Sha y contra intereses estadounidenses antes de distanciarse de la Revolución Islámica de 1979.
Desde entonces, el MEK ha mantenido su oposición a la República Islámica. Sus líderes se encuentran exiliados en París. Estados Unidos y la Unión Europea retiraron al MEK de sus listas de organizaciones terroristas en 2012. Irán continúa aplicando la pena capital por diversos delitos y, según Amnistía Internacional, ocupa el segundo lugar mundial en número de ejecuciones, después de China.
Las ejecuciones ocurrieron en medio de una situación interna inestable tras El conflicto bélico de 12 días con Israel. Durante ese enfrentamiento, Israel y Estados Unidos atacaron sitios iraníes relacionados con el programa nuclear y científicos vinculados al mismo. Recientemente, Irán reanudó conversaciones nucleares con Francia, Alemania y el Reino Unido.
En paralelo, se han registrado explosiones sin explicación oficial en edificios residenciales, fábricas e instalaciones petroleras. Las autoridades atribuyeron estos eventos a accidentes como fugas de gas o fallas estructurales, aunque, según The New York Times, internamente sostienen que Israel podría ser responsable.
El sábado, medios estatales reportaron un ataque armado contra un edificio judicial en el sureste de Irán, donde murieron cinco civiles. Los atacantes fueron abatidos por las fuerzas de seguridad. Jaish al-Adl, grupo yihadista baluchi activo en Irán y con base en Pakistán, se adjudicó el atentado.