El miércoles, Irán desplegó sistemas de defensa aérea de largo alcance de fabricación rusa durante un ejercicio militar, como respuesta a los ataques israelíes de octubre que, según el gobierno israelí, habrían mermado significativamente sus capacidades defensivas.
Según informó la televisión estatal iraní, el sistema Bavar-373 de Irán y el S-300 ruso lograron derribar un objetivo hipotético disparando misiles.
Al respecto, un portavoz afirmó que varios funcionarios y medios enemigos, tras el ataque israelí de octubre, aseguraron que los sistemas de defensa de Irán estaban inoperativos.
El mes pasado, los presidentes Vladimir Putin de Rusia y Masoud Pezeshkian de Irán firmaron un acuerdo estratégico de 20 años, fortaleciendo sus relaciones militares. Aunque el acuerdo no aborda específicamente la transferencia de armas, ambos países destacaron la intención de fomentar la cooperación técnico-militar.
Este ejercicio se realizó al día siguiente de la reunión entre el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el presidente estadounidense Donald Trump, donde discutieron temas regionales como el programa nuclear iraní. Ambos coincidieron en la necesidad de evitar que Irán desarrollara armas nucleares, y Trump reiteró su compromiso con la campaña de “máxima presión” para reducir las exportaciones de petróleo de Irán a cero y prevenir el acceso a armamento nuclear.
“Para mí es muy sencillo: Irán no puede tener un arma nuclear”, declaró Trump, quien también señaló que Teherán está demasiado cerca de lograrlo.
En octubre pasado, Israel realizó ataques aéreos contra Irán, pocos días después de que la República Islámica lanzara una ofensiva con misiles balísticos contra Israel. Este ataque, el segundo de su tipo desde que el grupo terrorista Hamás invadió Israel el 7 de octubre de 2023, marcó el inicio de la guerra en Gaza.
El ejército israelí indicó que los objetivos de estos ataques incluían sitios estratégicos de fabricación y lanzamiento de drones y misiles, así como baterías de defensa aérea. El entonces ministro de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que los ataques israelíes habían dejado a Irán en desventaja en términos de capacidades de ataque y defensa.
Tras las represalias israelíes, los altos mandos militares de Israel consideraron la opción de un ataque directo a las instalaciones nucleares de Irán.
A pesar de su declaración de que su programa nuclear es de carácter civil, Irán ha enriquecido uranio por encima de los niveles permitidos para fines pacíficos y ha dificultado el acceso de inspectores internacionales. Se cree que su programa nuclear militar no ha sido completamente abandonado, tal como sostiene Israel.