El miércoles, el organismo de control nuclear de la ONU informó de que Irán había introducido cambios significativos en una interconexión no declarada entre dos grupos de centrifugadoras de su planta de enriquecimiento de combustible de Fordo (FFEP), donde el uranio se enriquece hasta alcanzar una pureza del 60 %.
Según un informe secreto visto por AFP, el Organismo Internacional de Energía Atómica descubrió que “dos cascadas de centrifugadoras IR-6… estaban interconectadas de un modo sustancialmente diferente al modo de funcionamiento declarado por Irán al organismo” durante una inspección no anunciada de la planta de Fordo el 21 de enero.
Según el último informe enviado a los países miembros, las dos cascadas de centrifugadoras han estado en funcionamiento desde finales del año pasado, enriqueciendo uranio hasta un 60 %.
Irán “comunicó posteriormente al Organismo que había pasado a este modo de funcionamiento el 16 de enero”, tras la inspección del OIEA en Fordo.
Las modificaciones de las conexiones de las cascadas de centrifugadoras no fueron especificadas por el Gobierno.
El portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, Behrouz Kamalvandi, afirmó en una declaración a los medios estatales a última hora del miércoles que el jefe del OIEA, Rafael Grossi, había basado su informe en información no actualizada y que los inspectores habían alterado sus conclusiones tras ser informados del fallo.
Preocupado porque Irán “hizo un cambio considerable en la información de diseño de FFEP relacionada con la fabricación de uranio altamente enriquecido sin alertar a la Agencia por adelantado”, Grossi expresó sus preocupaciones.
Afirmó en un comunicado que esto violaba el Acuerdo de Salvaguardias de Irán y dificultaba que el Organismo modificara su estrategia de salvaguardias para la FFEP y estableciera en ella medidas de seguridad adecuadas.
Grossi habló ante el Parlamento Europeo la semana pasada y afirmó que Irán “había acumulado suficiente material nuclear para varias bombas nucleares, no para una en este momento”.
Grossi declaró que el rumbo de Irán “claramente no es bueno” en referencia a sus recientes actividades atómicas, como el refinado de uranio hasta un nivel necesario para armas nucleares, que va mucho más allá de los límites del histórico acuerdo de 2015 que limita las capacidades nucleares de Irán.