El Gobierno de Irán informó el comienzo de operaciones de siembra de nubes para inducir lluvias frente a una sequía que los organismos estatales califican como la más severa en varias décadas. El primer vuelo se efectuó el 15 de noviembre de 2025 sobre la cuenca del lago de Urmia, en el noroeste, dentro de una campaña que continuará mientras haya condiciones atmosféricas favorables. La medida responde a un otoño con lluvias mínimas y a alertas sobre posibles restricciones de agua en Teherán si la situación no mejora en las próximas semanas.
El anuncio del inicio de los vuelos lo hizo Mohammad Mehdi Javadianzadeh, jefe de la Organización para el Desarrollo y la Explotación de Tecnologías Atmosféricas del Agua, durante una reunión en la gobernación de Azerbaiyán Oriental con presencia del ministro de Energía. Javadianzadeh detalló que, tras la primera intervención en Urmia, el programa busca mantener operaciones continuas y destinar un avión en el aeropuerto de Tabriz para atender las necesidades de Azerbaiyán Oriental y Occidental.
Medios estatales iraníes informaron que durante la madrugada del domingo se registraron lluvias en Ilam, Kermanshah, Kurdistán, Lorestán y Azerbaiyán Occidental, mientras la Organización Meteorológica de Irán señaló que las precipitaciones nacionales permanecen muy por debajo del promedio histórico desde el inicio del año hidrológico. Su último informe muestra una reducción cercana al 89% respecto a la media, lo que sitúa este otoño como el más seco en medio siglo.
Irán recurre a la siembra de nubes en medio de una escasez crítica de agua. En mensajes difundidos los días 6 y 12 de noviembre, el presidente Masoud Pezeshkian advirtió que, sin lluvias antes de diciembre, el Gobierno impondrá racionamientos en Teherán y podría evaluar la evacuación de la capital si el déficit persiste. La Compañía Regional de Aguas de Teherán reportó que los cinco embalses de la ciudad se encuentran a la mitad de su capacidad, con el de Amir Kabir en 14 millones de metros cúbicos, apenas el 8% de su volumen útil, mientras se aplican reducciones nocturnas de presión y cortes totales en algunos distritos.
Datos de la agencia meteorológica y de empresas públicas del agua confirman una sequía extrema al inicio del ciclo hidrológico 2025–2026. Un informe técnico del 8 de noviembre calculó una precipitación acumulada nacional 86% inferior a la habitual, y solo un milímetro en la provincia de Teherán, es decir, una caída de cerca del 96% respecto del promedio histórico. Ese déficit coincide con embalses en niveles críticos y un aumento de la extracción de aguas subterráneas para el consumo urbano.
El programa iraní de modificación del tiempo utiliza aeronaves, drones y generadores terrestres, de acuerdo con reportes de medios económicos que en septiembre informaron sobre la preparación de la nueva campaña tras cerrar el ciclo 2024–2025. Este esquema mixto se ajusta a prácticas anteriores del país, que en décadas pasadas empleó aviones Antonov para dispersar núcleos de condensación en nubes con potencial de lluvia.
Las autoridades explicaron que los primeros vuelos se centraron en la cuenca del lago de Urmia, el mayor del país y uno de los más afectados por la combinación de sequía y sobreexplotación, con la finalidad de aumentar el aporte hídrico a un ecosistema degradado. Indicaron también que, una vez asentada la base aérea en Tabriz, se ampliarán los vuelos sobre sistemas nubosos en el noroeste y podrían extenderse a otras regiones si las condiciones lo permiten.
La Organización Meteorológica de Irán y las compañías de agua subrayaron que la siembra de nubes no reemplaza la gestión del consumo ni el control de extracciones, sino que constituye una medida complementaria bajo condiciones meteorológicas adecuadas. La Organización Meteorológica Mundial define la modificación del tiempo como la intervención deliberada en fenómenos locales mediante la introducción de sustancias en nubes existentes, sin generar lluvias en ausencia de nubosidad. Sus documentos técnicos aclaran que no es un mecanismo de “alivio instantáneo” ante sequías y que su eficacia es mayor en periodos cercanos a la normalidad pluviométrica.
En el ámbito operativo, el Gobierno había adelantado en octubre que la campaña de siembra comenzaría a mediados de noviembre con aeronaves y drones listos para su despliegue, calendario que coincide con la fecha del primer vuelo. La iniciativa se coordina bajo el Ministerio de Energía, con apoyo de la estructura destinada al desarrollo de tecnologías de “aguas atmosféricas”, establecida por decisión del Consejo de Ministros en 2022.
El deterioro del balance hídrico nacional ha motivado acciones de emergencia en varias urbes. En Teherán, las autoridades exhortan a reducir el consumo, instalar depósitos domésticos y equipos de bombeo para enfrentar la baja presión nocturna. En Mashhad, donde residen unos cuatro millones de personas, informes locales señalan embalses con menos del 3% de capacidad, cifra que los operadores califican de límite operativo. Además, el Ejecutivo ordenó cierres administrativos durante los episodios de calor extremo para disminuir el gasto energético y de agua.
La agencia estatal IRNA reportó que, tras semanas sin lluvias, las primeras precipitaciones otoñales alcanzaron Ilam, Kermanshah, Kurdistán, Lorestán y Azerbaiyán Occidental, aunque el promedio nacional continúa muy por debajo de los registros normales. El informe reitera que el país atraviesa el otoño más seco en cincuenta años, con un déficit pluviométrico del 89% respecto a la media.
Los resultados de la siembra de nubes dependen de la existencia de nubes aptas y de variables como temperatura, contenido de agua líquida y dinámica atmosférica. Estudios técnicos internacionales indican que, con condiciones adecuadas, estos programas pueden generar incrementos medibles de lluvia, aunque en sequías extremas su eficacia disminuye por falta de nubosidad. La Organización Meteorológica Mundial recomienda integrar estas operaciones en políticas amplias de gestión del agua con protocolos de verificación.
De manera concreta, Irán ejecutó el 15 de noviembre de 2025 su primera misión de siembra de nubes sobre el lago de Urmia, anunció el establecimiento de una aeronave fija en Tabriz para mantener operaciones continuas en el noroeste y enmarcó estas acciones como respuesta a un déficit pluviométrico sin precedentes desde el inicio del otoño.
