TEHERÁN – El presidente de Irán, Hassan Rouhani, dijo el viernes que el cumplimiento por parte del país de las inspecciones nucleares demuestra que no pretende desarrollar armas atómicas a pesar de haber reducido su cumplimiento del acuerdo de 2015.
“Algunos decían que este tercer paso, que se quieren instalar centrífugas modernas, significa que se está avanzando hacia un arma nuclear”, dijo Rouhani en la televisión estatal.
“Le explicamos que alguien que quiere un arma nuclear… limita las inspecciones exhaustivas. No hemos reducido las inspecciones”, dijo.
El 7 de septiembre, Irán puso en marcha centrífugas avanzadas para aumentar sus reservas de uranio enriquecido, como la última reducción de los compromisos en el marco del desmoronamiento del acuerdo nuclear de 2015 entre Teherán y las potencias mundiales.
La República Islámica actuó ante la amenaza de seguir abandonando sus compromisos nucleares basándose en un plazo que fijó para que las potencias europeas actuaran para protegerla de las sanciones de los Estados Unidos.
Rouhani, hablando con periodistas en el aeropuerto de Mehrabad de Teherán a su regreso de la Asamblea General de las Naciones Unidas, subrayó que todas las actividades nucleares de Irán seguirían siendo supervisadas por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Las tensiones entre Irán y Estados Unidos han ido en aumento desde mayo del año pasado, cuando el presidente estadounidense Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear y comenzó a reimponer sanciones que han paralizado la economía iraní.
Reino Unido, Francia y Alemania han dicho repetidamente que están comprometidos a salvar el acuerdo que alivió a Irán de las sanciones a cambio de frenar su programa nuclear, pero sus esfuerzos hasta ahora han dado poco fruto.
Teherán ya ha respondido dos veces con contramedidas en respuesta a la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear.
El 1 de julio, Irán dijo que había aumentado sus reservas de uranio enriquecido por encima de un máximo de 300 kilogramos establecido por el acuerdo.
Una semana después, anunció que había superado el límite del 3.67 por ciento de pureza de sus reservas de uranio.