Los mulás gobernantes de Irán están maniobrando para obtener importantes concesiones de las administraciones Biden y la UE3 (Francia, Alemania y el Reino Unido) durante las próximas conversaciones nucleares en Viena el 29 de noviembre.
El régimen iraní quiere que la administración Biden elimine todas las sanciones impuestas a Teherán durante la administración Trump, muchas de las cuales ni siquiera están relacionadas con el programa nuclear de Irán. En cambio, están relacionadas con las actividades terroristas y las violaciones de los derechos humanos del régimen iraní.
Un ejemplo importante es la grave designación del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) -una fuerza paramilitar creada en 1979 para promover la revolución- como organización terrorista. El CGRI es responsable de mantener el poder del Líder Supremo y los ideales revolucionarios del régimen, que incluyen el antiamericanismo y el antisemitismo. Dentro de Irán, el CGRI reprime y silencia la oposición al régimen; se dedica a reprimir a los disidentes y a suprimir las libertades de expresión, prensa y reunión, y encarcela, tortura y ejecuta a los opositores a través de sus tribunales revolucionarios. Las huellas del CGRI también pueden verse en muchos conflictos internacionales, como en Siria, Irak, Yemen y Líbano, especialmente a través de su rama de élite, la Fuerza Quds.
La administración Biden ya ha cedido a las exigencias de los mulás. Anunció no sólo que está dispuesta a levantar las sanciones relacionadas con la energía nuclear, sino también que está considerando levantar las sanciones no relacionadas con la energía nuclear. La administración también procedió a revocar la designación de los hutíes, un grupo terrorista respaldado por Irán, como organización terrorista oficialmente designada.
Los líderes republicanos de política exterior en el Congreso han solicitado al secretario de Estado Antony Blinken respuestas a las preguntas sobre las conversaciones secretas mantenidas con Corea del Sur que dieron lugar a que este país entregara al régimen iraní mil millones de dólares en concepto de rescate. La carta fue encabezada por el congresista Bryan Steil (R-WI), el congresista Greg Steube (R-FL) y el presidente del Comité de Estudio Republicano Jim Banks (R-IN). Steil señaló:
“El gobierno de Biden parece estar utilizando lagunas jurídicas al tratar con el régimen iraní. Vuelvo a hacer preguntas directas, de sí o no, sobre la participación de Estados Unidos en la facilitación del pago de un rescate de Corea del Sur a Irán. Si el gobierno de Biden está involucrado en la transferencia de fondos a Irán, el Congreso y el pueblo estadounidense deben ser informados. Los funcionarios de la administración Biden siguen desviando la atención y se niegan a responder a las preguntas de los miembros del Congreso sobre esta cuestión. Quiero respuestas. El Congreso debe ser informado de las acciones de la administración”.
Mientras tanto, el régimen iraní se empodera y descarta discutir su programa de misiles balísticos, pilar fundamental de su programa nuclear, en las próximas conversaciones de Viena. Resulta irónico que los mulás en el poder quieran que las conversaciones conduzcan al levantamiento de las sanciones no nucleares, además de las nucleares, pero no quieran discutir nada aparte de su programa nuclear, como sus actividades terroristas.
Desde que la administración Biden asumió el cargo, el régimen iraní se ha estado preparando para obtener importantes concesiones. Los mulás han hecho avances significativos en su programa nuclear antes de las conversaciones, con el fin de ganar influencia y ventaja durante las negociaciones con Estados Unidos y la UE3.
Cuando la administración Biden llegó al poder, el régimen iraní comenzó a avanzar en su programa nuclear a un ritmo notablemente más rápido. El 9 de enero, el parlamento iraní aprobó una ley que obligaba al gobierno a expulsar a los inspectores nucleares del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). En enero de 2021, el régimen iraní comenzó a aumentar el enriquecimiento de uranio al 20%. En abril, el régimen elevó su nivel de enriquecimiento de uranio al 60%, acercándose a los niveles de armamento.
“Los jóvenes y creyentes científicos iraníes lograron alcanzar un producto de uranio enriquecido al 60%”, se jactó Mohammad Bagher Qalibaf, presidente del Parlamento de Irán. “Felicito a la valiente nación del Irán islámico por este éxito. La fuerza de voluntad de la nación iraní es milagrosa y puede desactivar cualquier conspiración”.
El gobierno de Biden, además, no ha hecho ningún esfuerzo por presionar al régimen iraní para que responda a las preguntas del OIEA sobre tres emplazamientos nucleares clandestinos no declarados encontrados en Irán.
“Irán debe decidirse a cooperar de manera más clara con el organismo para dar las aclaraciones necesarias”, advirtió el director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi.
“El hecho de que hayamos encontrado rastros (de uranio) es muy importante. Eso significa que existe la posibilidad de que haya actividades y materiales nucleares que no están bajo supervisión internacional y de los que no conocemos el origen ni la intención. Eso me preocupa”.
El gobierno de Biden y la UE harían bien en recordar que con cada concesión que dan a la República Islámica, no están fomentando la paz en la región, sino que están empoderando y envalentonando a un régimen rapaz.