DUBAI (Reuters) – Irán dijo el miércoles a los representantes de los talibanes y del gobierno afgano que estaba dispuesto a ayudar a poner fin a la crisis en Afganistán, instando a la población y a los políticos del país a tomar “decisiones difíciles” sobre su futuro.
Como anfitrión de una reunión de representantes del gobierno afgano y de un comité político talibán de alto nivel, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohammad Javad Zarif, dijo que “comprometerse con soluciones políticas es la mejor opción”.
“Irán está dispuesto a ayudar en el proceso de diálogo entre las facciones existentes en Afganistán para resolver los conflictos y crisis actuales en ese país”, dijeron los medios estatales iraníes citando a Zarif.
El Irán musulmán chiíta ha sido un enemigo de los talibanes musulmanes suníes de línea dura durante décadas, pero en los últimos años se ha reunido abiertamente con los líderes talibanes.
Las conversaciones entre los talibanes y el gobierno afgano en Qatar para alcanzar un acuerdo de paz siguen sin ser concluyentes.
Washington ha acusado a Irán en el pasado de proporcionar ayuda encubierta a los combatientes talibanes contra las fuerzas estadounidenses. Teherán, que apoya un gobierno afgano inclusivo que incluya a todos los grupos étnicos y sectas, lo ha negado.
La agencia estatal de noticias iraní IRNA dijo que el subdirector de la oficina política de los talibanes, Sher Mohammad Abbas Stanekzai, y representantes del gobierno afgano asistieron a la reunión de Teherán.
“Estados Unidos ha fracasado en Afganistán (…) y su presencia en el país durante más de dos décadas ha causado grandes daños en Afganistán”, dijo Zarif. “Hoy, el pueblo y los líderes políticos de Afganistán deben tomar decisiones difíciles para el futuro de su país”.
El 3 de julio, las fuerzas estadounidenses desalojaron su base aérea de Bagram, poniendo así fin a la guerra más larga de la historia de Estados Unidos. El traslado formaba parte de un acuerdo con los talibanes, contra los que Estados Unidos ha luchado desde que los expulsó del poder tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 de Al Qaeda contra Estados Unidos.
La salida tuvo lugar mientras los talibanes intensifican su ofensiva en todo el país y obtienen rápidas ganancias territoriales.