En una medida que podría reavivar las negociaciones para restablecer el acuerdo nuclear iraní, la agencia nuclear de Teherán y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) llegaron el domingo a un acuerdo que permite a este último realizar el mantenimiento de sus equipos de vigilancia.
“Los inspectores del OIEA están autorizados a reparar los equipos identificados y a sustituir sus soportes de almacenamiento, que se mantendrán bajo los sellos conjuntos del OIEA y de la [Organización de la Energía Atómica de la República Islámica de Irán] en la República Islámica de Irán. Las dos partes han acordado el modo y el momento de hacerlo”, dice una declaración conjunta de las dos agencias.
El hecho de que los medios se mantengan bajo precinto en Irán significa que el OIEA no tendrá realmente acceso a los datos que sus equipos hayan recogido.
El director general del organismo de control nuclear de la ONU, Rafael Grossi, estuvo en Teherán el domingo, días después de que su agencia publicara un informe en el que criticaba a Irán por seguir obstaculizando la investigación del OIEA sobre los materiales nucleares encontrados en lugares no declarados.
Estados Unidos y Alemania, Francia y Reino Unido -conocidos como el E3- consideraron la posibilidad de impulsar una resolución del OIEA condenando a Irán en la próxima reunión de la Junta de Gobernadores del organismo, que comienza el lunes.
Sin embargo, Irán amenazó oblicuamente con abandonar las negociaciones para volver al Plan de Acción Integral Conjunto, como se conoce el acuerdo nuclear de 2015, si Estados Unidos y el E3 lo hacen. Irán se ha negado a continuar las conversaciones, iniciadas en abril, desde principios de junio, y no se ha comprometido a volver a ellas.
Grossi negoció con Irán antes del viaje que permitiera al OIEA el acceso a su equipo de vigilancia a cambio de que el E3 y Estados Unidos echaran por tierra su resolución, según The Wall Street Journal.
La declaración que Grossi y el vicepresidente iraní y jefe de la AEOI, Mohammad Eslami, hicieron pública el domingo no menciona ningún compromiso por parte de los Estados occidentales, ni las conversaciones del JCPOA en absoluto.
Por el contrario, dice que Grossi planea visitar de nuevo Teherán para celebrar reuniones de alto nivel en un futuro próximo.
Además, según el comunicado, en la reunión “se reafirmó el espíritu de cooperación y confianza mutua y su continuación y se hizo hincapié en la necesidad de abordar las cuestiones pertinentes en un ambiente constructivo y de manera exclusivamente técnica.”
Estados Unidos abandonó en 2018 el acuerdo con Irán, que restringía el programa nuclear de la República Islámica hasta 2030 a cambio del levantamiento de las sanciones, y optó en cambio por una campaña de sanciones de “máxima presión”. El presidente estadounidense Joe Biden ha prometido volver al acuerdo. En el ínterin, Irán ha bloqueado continuamente el acceso del OIEA a instalaciones nucleares no declaradas, ha aumentado su enriquecimiento de uranio hasta el 60% y ha desarrollado uranio metálico.
El informe del OIEA de la semana pasada afirma que, un año después de su anterior informe en el que criticaba a Irán por su obstruccionismo, “Irán todavía no ha dado las explicaciones necesarias sobre la presencia de las partículas de material nuclear en ninguno de los tres lugares… en los que el Organismo ha realizado accesos complementarios”.
El informe dice además que “la falta de progreso en la aclaración de las preguntas del Organismo relativas a la corrección y exhaustividad de las declaraciones de salvaguardias de Irán afecta seriamente a la capacidad del Organismo para ofrecer garantías sobre la naturaleza pacífica del programa nuclear iraní”.
El think tank de no proliferación Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional publicó un análisis del informe del OIEA en el que concluía que la vuelta al JCPOA señalaría que los límites temporales del acuerdo, mucho menos efectivos a la luz de los avances de Irán, son más importantes para Estados Unidos y el E3 que detener la erosión de la autoridad del OIEA o evitar que Irán consiga una bomba a largo plazo.
“Los líderes mundiales, en esencia, elegirían la conveniencia en lugar de hacer el difícil pero crítico trabajo de determinar si el programa nuclear de Irán es pacífico”, afirma el informe.