La sesión técnica sobre el programa nuclear iraní fue reprogramada tras una propuesta de Omán, coincidiendo con una nueva ronda de diálogo indirecto.
Reunión técnica se realizará junto a tercera ronda de negociaciones
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán informó el martes que la reunión técnica sobre el programa nuclear con Estados Unidos, prevista inicialmente para el miércoles, fue aplazada al sábado 26 de abril. La reprogramación, según el portavoz Esmaeil Baqaei, fue acordada por ambas delegaciones luego de una propuesta de Omán. El motivo del aplazamiento no se dio a conocer. Esta reunión técnica coincide con el tercer encuentro indirecto entre ambos países, en un proceso iniciado el 12 de abril para abordar el desarrollo nuclear iraní.
Durante esta nueva jornada en Mascate, capital omaní, participarán el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, y el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff. La cita forma parte de un proceso diplomático que ya tuvo dos encuentros previos: el primero en Mascate el 12 de abril y el segundo en Roma el 19 del mismo mes. Araghchi calificó esas conversaciones como “buenas”, mientras que el presidente Donald Trump mencionó “muy buenas reuniones”, sin precisar detalles.
Datos clave sobre el diálogo nuclear entre Irán y Estados Unidos
- La reunión técnica y la tercera ronda de negociaciones se realizarán el 26 de abril en Mascate.
- Las conversaciones indirectas están siendo mediadas por Omán desde el 12 de abril.
- Trump retiró a EE. UU. del JCPOA en 2018, provocando un aumento del enriquecimiento de uranio.
- Irán posee 274.8 kg de uranio enriquecido al 60%, según la IAEA.
- Las delegaciones se mantienen en salas separadas durante las negociaciones.
Proceso actual marca primer diálogo de alto nivel desde 2018
Este nuevo esfuerzo diplomático representa el primer contacto de alto nivel entre Washington y Teherán desde la retirada de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) en 2018. Dicho acuerdo, firmado en 2015, establecía límites al programa nuclear iraní a cambio de un alivio de sanciones. Desde su abandono, Irán incrementó el nivel de enriquecimiento de uranio, llegando a un 60% de pureza, cifra que preocupa a los gobiernos occidentales por su cercanía al nivel militar del 90%.
Las conversaciones mantienen un formato indirecto, con el canciller omaní Badr al-Busaidi como mediador entre ambas partes. Aunque en la primera ronda se produjo un breve contacto directo entre Araghchi y Witkoff, las discusiones formales continúan separadas. Al Jazeera reportó que las sesiones técnicas se enfocarán en niveles de enriquecimiento y posibles alivios de sanciones.
En paralelo, Irán ha desplegado actividad diplomática adicional. Baqaei indicó que Araghchi viajó a China para sostener reuniones no especificadas. Asimismo, antes de partir hacia Pekín, el ministro iraní informó al director general de la IAEA, Rafael Grossi, sobre los avances en el diálogo con Estados Unidos.
Mientras tanto, Teherán continúa negando las acusaciones de Occidente, encabezadas por Estados Unidos e Israel, sobre supuestos planes para fabricar armas nucleares. Irán sostiene que su objetivo es exclusivamente civil. Sin embargo, la IAEA ha confirmado que el país superó los límites del JCPOA tanto en cantidad como en nivel de enriquecimiento, y que ha restringido el acceso de los inspectores internacionales.
Escenario regional y desconfianza mutua complican el proceso
Las actuales negociaciones se dan en un contexto geopolítico altamente tenso. Irán ha mantenido posiciones hostiles hacia Israel y respalda a Hezbolá y Hamás, mientras que Trump ha reiterado su disposición a considerar acciones militares si no se alcanza un pacto. En marzo, Washington intentó abrir una vía de diálogo con el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, mediante una carta enviada por Emiratos Árabes Unidos, aunque este rechazó inicialmente la propuesta.
Las rondas anteriores han sentado bases para el diálogo técnico. En la primera, celebrada en Mascate, ambas partes intercambiaron mensajes a través del mediador omaní. La Casa Blanca calificó el ambiente como positivo y Omán destacó un tono constructivo. El segundo encuentro en Roma permitió avanzar hacia las discusiones técnicas que se retomarán este sábado.
Irán busca preservar su programa nuclear con fines civiles y obtener un alivio de las sanciones. En cambio, Estados Unidos insiste en que Teherán debe garantizar la no producción de armas nucleares. Witkoff ha mencionado que el nivel del 3.67% estipulado en el JCPOA sería aceptable, aunque Washington sigue exigiendo el desmantelamiento del programa nuclear.
El rol de Omán como facilitador ha sido fundamental. El sultanato ha ejercido como intermediario neutral en otros procesos diplomáticos en la región. El ministro al-Busaidi reafirmó su voluntad de apoyar un acuerdo justo y obligatorio, que favorezca la estabilidad regional. A pesar de ello, la falta de explicación sobre el aplazamiento de la reunión técnica plantea dudas sobre posibles trabas en el proceso.
Tensiones militares y legado histórico influyen en el diálogo
El marco de estas negociaciones está impactado por las recientes hostilidades regionales. La reanudación de la ofensiva de Israel contra Hamás, el frágil cese al fuego con Hezbolá en Líbano, y los ataques de hutíes respaldados por Irán a embarcaciones en el mar Rojo aumentan la presión sobre las conversaciones, según Reuters.
El trasfondo histórico entre Irán y Estados Unidos también pesa. Ambos países rompieron relaciones diplomáticas en 1980, tras la Revolución Islámica y la toma de rehenes en la embajada estadounidense en Teherán. El JCPOA de 2015 representó un intento significativo de contener el programa nuclear iraní, pero su ruptura en 2018 por parte de Trump y la imposición de sanciones aceleraron las actividades nucleares de Teherán, de acuerdo con informes de la IAEA.
Este entorno exige superar una profunda desconfianza. La falta de un marco común sobre los límites del programa nuclear, los mecanismos de verificación y la posible eliminación de sanciones complican la consecución de un acuerdo duradero. La reanudación de las conversaciones técnicas este sábado será clave para evaluar el futuro del proceso.