El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, anunció este domingo que Teherán ha rechazado formalmente iniciar negociaciones directas con Estados Unidos respecto a su acelerado programa nuclear. Esta declaración marca la primera respuesta oficial iraní a una carta enviada por el presidente Donald Trump, entregada al líder supremo iraní a través de Omán.
Aunque Pezeshkian no descartó completamente las negociaciones indirectas, aseguró que esos canales han mostrado escasos avances desde que Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear de 2015. “No evitamos las conversaciones; es el incumplimiento de las promesas lo que nos ha causado problemas hasta ahora”, afirmó durante una reunión de gabinete televisada. “Deben demostrar que pueden generar confianza”.
La negativa se da en un contexto de creciente tensión regional. Estados Unidos ha intensificado sus bombardeos contra los hutíes, respaldados por Irán en Yemen, mientras que Israel continúa atacando a líderes del denominado “Eje de la Resistencia” iraní en medio de su guerra contra Hamás en Gaza.
Pezeshkian endureció el tono tras advertencias anteriores de funcionarios iraníes sobre posibles represalias contra intereses militares estadounidenses en la región. El presidente del Parlamento, Mohammad Bagher Qalibaf, advirtió que cualquier violación de la soberanía iraní sería “como una chispa en un depósito de pólvora, incendiando toda la región”.
La carta enviada por Trump a Teherán llegó el 12 de marzo, aunque no se han revelado detalles sobre su contenido. En una entrevista, el expresidente confirmó que instó a Irán a negociar, advirtiendo sobre las posibles consecuencias de un enfrentamiento armado: “Espero que vayan a negociar porque si tenemos que entrar militarmente, va a ser algo terrible”, declaró.
Entretanto, las actividades nucleares de Irán continúan generando alarma. En febrero, el organismo de control nuclear de la ONU informó que Teherán había acelerado su producción de uranio cercano al grado armamentístico. Aunque Irán insiste en el carácter pacífico de su programa, sus funcionarios han insinuado de forma creciente la opción de desarrollar armas nucleares.
Analistas consideran que la negativa iraní también tiene raíces en el ataque con drones estadounidenses que mató al general Qassem Soleimani, jefe de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, en enero de 2020 en Bagdad. Ese suceso dejó una herida profunda en la relación entre ambos países y sigue alimentando amenazas de represalias.
La Casa Blanca aún no ha emitido una respuesta oficial a las declaraciones de Pezeshkian.