La Guardia Revolucionaria Islámica se encuentra en el proceso de reclutar a peregrinos musulmanes británicos durante sus visitas a Irán e Irak, con el objetivo de obtener información de inteligencia sobre judíos y sitios de interés judío en el Reino Unido. Este esfuerzo de espionaje ha sido revelado en un reporte reciente del Daily Mail, que se basa en declaraciones de autoridades israelíes y británicas.
Los agentes de la Guardia Revolucionaria han dirigido su atención hacia musulmanes chiítas que acuden a sitios sagrados en Oriente Medio, solicitándoles específicamente que recolecten datos sobre individuos judíos británicos influyentes y posibles objetivos como sinagogas. La tarea de vigilancia se extiende igualmente hacia disidentes iraníes que residen en el Reino Unido.
Una fuente no identificada mencionada en el reporte expresó preocupación sobre la presencia y el alcance de los agentes iraníes en Europa y el Reino Unido, indicando que la infiltración de un solo agente podría representar una amenaza significativa.
Kasra Aarabi, de la organización United Against Nuclear Iran, comentó al Daily Mail que los esfuerzos de reclutamiento se centran principalmente en chiítas británicos con orígenes en Pakistán, Irak y Líbano, en contraste con los iraníes británicos, quienes tienden a ser seculares y a menudo se oponen al régimen de los ayatolás.
El informe destaca que musulmanes británicos que visitaron la ciudad sagrada de Karbala en Irak para el Arbaeen, una de las congregaciones religiosas más grandes a nivel mundial, fueron abordados con propuestas para espiar en nombre de Irán.
Además, se cita a un funcionario británico quien señala que el régimen iraní frecuentemente recurre a redes de crimen organizado basadas en el Reino Unido para ejecutar operativos en territorio británico, y que la información recopilada por estos espías británicos podría ser utilizada en dichas acciones.
En respuesta a estas actividades, el gobierno británico impuso sanciones a finales de enero contra siete funcionarios iraníes y una entidad, acusándolos de estar involucrados en amenazas de muerte contra periodistas en suelo británico y de participar en redes de crimen organizado internacional vinculadas a Irán.
Los funcionarios iraníes sancionados pertenecían a la Unidad 840 de la Guardia Revolucionaria Islámica, unidad que, de acuerdo con investigaciones realizadas por la cadena británica ITV, estuvo involucrada en planes para asesinar a dos periodistas del canal de noticias Iran International en territorio británico.
Tras las devastadoras masacres perpetradas por Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel, el jefe de la agencia británica de espionaje MI5 advirtió de que el actual conflicto entre Israel y los terroristas de Gaza había aumentado el riesgo terrorista en el Reino Unido, señalando a Irán como motivo de preocupación.
Esta declaración de McCallum, que fue ampliamente cubierta por los medios británicos a mediados de octubre, se produjo en el marco de actos terroristas llevados a cabo por supuestos extremistas islamistas en Francia y Bélgica, tras el inicio de hostilidades en Gaza. Estos eventos siguieron a un violento ataque por parte de Hamás, en el cual alrededor de 1,200 personas fueron asesinadas y otras 250, mayormente civiles, fueron secuestradas.
El reportaje del Daily Mail surge en un momento particularmente tenso para la comunidad judía británica, la cual ha experimentado un incremento en incidentes antisemitas y expresiones de sentimiento antiisraelí en Londres, desde los ataques de Hamás el 7 de octubre.
Información proporcionada por el Community Security Trust, una organización de seguridad judía, revela un alarmante ascenso en los incidentes antisemitas en el Reino Unido, alcanzando cifras récord con 2,093 incidentes reportados en los 68 días siguientes al ataque de Hamás.