TEHERÁN, Irán – Irán reporta más de 37.000 nuevas infecciones por el coronavirus, el récord de un solo día en el país hasta ahora en la pandemia, informan los medios estatales.
La televisión estatal dice que los trabajadores de la salud registraron 37.189 nuevos casos de COVID-19 desde ayer, superando el anterior récord diario de 34.951 infecciones reportadas el martes. Además, se produjeron 411 muertes, lo que eleva el número total de víctimas de la pandemia en el país a 91.407, el más alto de Oriente Medio.
El nuevo aumento se ha visto impulsado por la contagiosa variante Delta, y las autoridades iraníes afirman que menos del 40% de la población sigue medidas como el uso de mascarillas y el distanciamiento social. Las autoridades sanitarias iraníes han advertido periódicamente que los hospitales de la capital, Teherán, y de otras ciudades importantes están desbordados de pacientes con COVID-19.
Ayer, el ministro de Sanidad, Saeed Namaki, pidió en una carta al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, un cierre del país durante dos semanas, algo que, según el ministro, el ejército ayudaría a hacer cumplir. Sin embargo, Jamenei, que tiene la última palabra en todos los asuntos de Estado, aún no ha respondido a la petición.
Las autoridades han evitado imponer normas de mano dura a una población mal equipada para soportarlas. Irán, que ha sufrido el peor brote de virus de la región, se tambalea por una serie de crisis: duras sanciones de Estados Unidos, aislamiento mundial, una ola de calor, los peores apagones que se recuerdan y las continuas protestas por la escasez de agua en el suroeste.
Menos del 4% de los iraníes han sido completamente vacunados. Muchos trabajadores médicos de primera línea han sido vacunados con vacunas producidas localmente en Irán o con la vacuna Sinopharm, respaldada por el Estado chino, que según los informes puede ser menos eficaz que otras inoculaciones.