La preocupación crece en Jerusalén ante el acercamiento estratégico entre Sudán e Irán, una relación que contradice los compromisos asumidos por Jartum como firmante de los Acuerdos de Abraham. La emisora pública israelí Kan informó el domingo que el régimen sudanés, encabezado por Abdel Fattah al-Burhan, ha reforzado la cooperación con Teherán, especialmente en el ámbito militar, desde que reanudó relaciones diplomáticas con Irán en julio de 2024.
El líder sudanés recurrió a Irán tras sentirse abandonado por Israel, de quien esperaba asistencia militar en el marco de los acuerdos de normalización firmados en 2020 bajo el impulso del entonces presidente estadounidense Donald Trump. Fuentes cercanas al gobierno de al-Burhan indicaron que, al no recibir apoyo de Jerusalén, el país africano decidió aceptar ayuda iraní para enfrentar a las Fuerzas de Apoyo Rápido, con las que está enfrascado en una guerra civil desde 2023.
Una fuente citada por Kan expresó que Sudán se encuentra dispuesto a colaborar con cualquier actor que le suministre armas, incluso con Irán. “Por el bien de los intereses de Sudán, incluso haríamos un trato con el diablo”, declaró, en referencia a la urgencia militar que empuja al país a buscar alianzas que antes consideraba impensables.
En diciembre, Bloomberg reportó que Irán ya estaba suministrando drones al ejército de al-Burhan, tecnología que también ha sido proporcionada por Teherán a Rusia en su ofensiva contra Ucrania. A finales de marzo, el dirigente sudanés logró capturar Jartum, lo que consolidó su posición en la guerra interna.
La evolución de la relación entre Sudán e Irán preocupa seriamente a Israel, dado que Teherán mantiene una política abierta de hostilidad hacia el Estado judío. La posibilidad de que Irán expanda su influencia en África, y en particular en un país que había comenzado un proceso de normalización con Israel, representa una amenaza directa a la estabilidad regional, según autoridades israelíes.
En octubre de 2020, Sudán fue el tercer país árabe en sumarse a los Acuerdos de Abraham. A cambio, se esperaba ayuda económica, inversiones israelíes en tecnología y agricultura, y la eliminación de su nombre de la lista estadounidense de patrocinadores del terrorismo. Israel incluso se comprometió a enviar trigo por valor de cinco millones de dólares como parte del acuerdo.
Sin embargo, los vínculos entre ambos países no prosperaron. La guerra civil que estalló en 2023 desarticuló el frágil proceso diplomático. la guerra entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido ha devastado al país y ha generado una de las crisis humanitarias más graves del mundo.
Diversos actores regionales e internacionales —como Egipto, Libia, Qatar, Rusia, Irán, Chad, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos— han intervenido directa o indirectamente, apoyando a diferentes bandos y ampliando la dimensión de la guerra. En ese contexto, el giro de Sudán hacia Irán, con todo el peso geopolítico que conlleva, complica aún más el panorama para Israel y sus aliados.