Israel y EE. UU. atacan sitios nucleares iraníes y logran retrasar su programa atómico dos años, según el Pentágono.
Operación conjunta contra instalaciones nucleares de Irán
El jefe del Mossad, David Barnea, afirmó que Israel causó un “daño importante” al programa nuclear de Irán durante una operación de 12 días en junio de 2025, según declaraciones publicadas por la Oficina del primer ministro el 2 de julio. La campaña, compuesta por ataques aéreos israelíes y estadounidenses, tuvo como objetivo neutralizar instalaciones nucleares, científicos y altos mandos militares iraníes. Barnea, en el marco de una visita del primer ministro Benjamin Netanyahu a la sede del Mossad el 1 de julio, subrayó la necesidad de mantener las operaciones para prevenir futuras amenazas de Teherán. “Estamos decididos a actuar con firmeza para impedir que Irán represente un riesgo para Israel y a maximizar las oportunidades estratégicas”, afirmó.
La operación comenzó el 13 de junio con una serie de bombardeos aéreos israelíes sobre sitios nucleares clave, entre ellos el complejo de Fordo, que, según el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abbas Araghchi, sufrió “graves daños”. Estados Unidos se incorporó a la campaña con bombarderos B-2 que lanzaron bombas GBU-57 sobre dos instalaciones nucleares, mientras un submarino efectuó disparos de misiles de crucero Tomahawk contra Fordo y otro sitio adicional. El Pentágono estimó el 1 de julio que los ataques lograron retrasar el programa nuclear iraní hasta por dos años, lo cual representó un revés técnico a los avances atómicos de Teherán, que sostiene que su programa persigue fines civiles, aunque Washington y otras potencias consideran que busca fabricar armas nucleares.
▶️ Moment when Israeli projectiles hit Tehran's Quds Square
— Mehr News Agency (@MehrnewsCom) July 3, 2025
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El presidente estadounidense, Donald Trump, había considerado vías diplomáticas para sustituir el acuerdo nuclear de 2015, abandonado en 2018, pero optó por la acción militar tras el fracaso de las negociaciones. Los ataques definieron un nuevo rumbo en la estrategia de Israel y EE. UU. contra Irán y desencadenaron una serie de eventos posteriores que incluyeron una respuesta militar iraní y conflictos diplomáticos con organismos internacionales. Araghchi anunció el 2 de julio que Irán suspendía la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) y canalizaba futuras interacciones a través del Consejo Supremo de Seguridad Nacional por motivos de seguridad. También cuestionó la reacción pasiva de la OIEA ante los ataques, mientras el director del organismo, Rafael Grossi, expresó el 28 de junio su escepticismo sobre la efectividad de los bombardeos, al indicar que Irán podría generar uranio enriquecido en cuestión de meses.
La operación de junio tuvo relación con acciones anteriores, como el operativo israelí contra Hezbolá en septiembre de 2024. Netanyahu señaló que el uso de beepers y walkie-talkies en esa operación contra el grupo libanés derivó en una serie de eventos: la eliminación del jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, la caída del régimen de Bashar Assad en Siria y los ataques contra Irán. “Ese hecho originó todo lo ocurrido después”, declaró el primer ministro. Esta cadena de eventos consolidó la postura regional de Israel.
Impacto de los ataques en el programa nuclear iraní
- Retraso del programa: El Pentágono estima que los ataques aplazaron el programa nuclear iraní hasta 2027.
- Daños en Fordo: El sitio nuclear de Fordo recibió impactos severos, según el ministro iraní Abbas Araghchi.
- Armamento utilizado: Bombas GBU-57 y misiles Tomahawk destruyeron tres instalaciones nucleares iraníes.
- Respuesta iraní: Teherán lanzó 500 misiles balísticos y 1.100 drones contra Israel como represalia.
- Suspensión con OIEA: Irán cesó parcialmente su cooperación con la OIEA tras los ataques, según el anuncio del 2 de julio.
Respuesta iraní y consecuencias en Israel
Como represalia, Irán lanzó más de 500 misiles balísticos y aproximadamente 1.100 drones contra Israel, de acuerdo con datos de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Los ataques, organizados en múltiples oleadas, provocaron la muerte de 28 personas y dejaron más de 3.000 heridos, según cifras oficiales del sistema de salud israelí. Un total de 36 misiles alcanzaron áreas habitadas, con daños en 2.305 viviendas dentro de 240 edificios, además de dos universidades y un hospital. Más de 13.000 israelíes fueron desplazados. Un video difundido por la agencia iraní Mehr el 2 de julio mostró un ataque israelí en la plaza Quds de Teherán, donde dos explosiones destruyeron vehículos y generaron caos en la capital iraní.
La cooperación militar entre Israel y EE. UU. se incrementó durante la operación. El jefe del Comando Central (CENTCOM), general Michael Kurilla, visitó Israel el 1 de julio, acompañado por el jefe del Estado Mayor de las FDI, teniente general Eyal Zamir. Kurilla recorrió el centro de comando subterráneo de la Fuerza Aérea Israelí junto al mayor general Tomer Bar y participó en sesiones informativas sobre la Operación León Creciente, centrada en eliminar amenazas iraníes. Las FDI remarcaron el valor técnico de la coordinación con el CENTCOM, que facilitó la ejecución de las operaciones conjuntas.
La campaña de junio reafirmó la postura operativa de Israel frente a Irán, con el objetivo de reducir su capacidad de avanzar en el programa nuclear. No obstante, las tensiones permanecen, dado que Irán sostiene su adhesión al Tratado de No Proliferación Nuclear, según Araghchi, mientras redefine su relación con la OIEA. Los ataques también expusieron debilidades estructurales en la infraestructura nuclear iraní y demostraron la intención de Israel y EE. UU. de contener el desarrollo atómico de Teherán.