El Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló el miércoles que el jefe de un sindicato criminal japonés fue acusado de tráfico de materiales nucleares.
Takeshi Ebisawa, de 60 años y originario de Japón, admitió su culpabilidad en un tribunal de Manhattan, Nueva York, tras conspirar con una red de colaboradores para introducir materiales nucleares, como uranio y plutonio apto para armas, desde Birmania a diversas naciones. También enfrentó cargos por tráfico internacional de drogas y armas.
En 2020, Ebisawa informó a un agente encubierto y a una fuente confidencial de la DEA sobre su acceso a grandes cantidades de materiales nucleares que deseaba vender. A lo largo del año, envió al agente fotos de sustancias rocosas con contadores Geiger midiendo la radiación y documentos que afirmaban ser análisis de laboratorio que indicaban la presencia de torio y uranio. En respuesta a sus insistentes consultas, el agente aceptó ayudar a negociar la venta de estos materiales a un supuesto general iraní que buscaba adquirirlos para un programa de armas nucleares.
Ebisawa ofreció al general venderle plutonio, asegurando que este material era “mejor” y “más potente” que el uranio para el propósito mencionado. Además, sugirió vender uranio para financiar la compra de armamento.
El fiscal interino de los Estados Unidos, Edward Y. Kim, destacó que Ebisawa traficó materiales nucleares como plutonio desde Birmania, además de estar involucrado en el envío de grandes cantidades de heroína y metanfetamina a EE. UU. a cambio de armamento pesado, como misiles tierra-aire, para las fuerzas en Birmania, y en el lavado de dinero desde Nueva York hacia Tokio.
La investigación de la DEA comenzó en 2019 y, en 2022, Ebisawa fue acusado de tráfico internacional de drogas y delitos con armas de fuego.
Ebisawa se declaró culpable de seis cargos de la acusación formal. Un juez federal determinará su sentencia tras evaluar las Directrices de Sentencia de EE. UU. y otros factores legales.
La DEA sigue investigando el caso con el apoyo de fuerzas policiales de Indonesia, Japón, Dinamarca, Nueva Delhi y Tailandia.