EL CAIRO, Egipto (AP) – Un legislador iraní dijo el domingo que el régimen de Irán está “prestando atención a las verdaderas demandas del pueblo”, informaron los medios estatales, un día después de que un alto funcionario sugiriera que la policía de la moral del país, cuya conducta ayudó a desencadenar meses de protestas, ha sido cerrada.
El papel de la policía de la moral, que hace cumplir las leyes sobre el velo, fue objeto de escrutinio después de que una detenida, Mahsa Amini, de 22 años, muriera bajo su custodia a mediados de septiembre. Amini había sido detenida por violar supuestamente los estrictos códigos de vestimenta de la república islámica. Su muerte desencadenó una ola de disturbios que se ha convertido en llamamientos a la caída de los gobernantes clericales de Irán.
El fiscal jefe de Irán, Mohamed Jafar Montazeri, dijo el sábado que la policía de la moral “había sido cerrada”, informó la agencia de noticias semioficial ISNA. La agencia no proporcionó detalles, y los medios de comunicación estatales no han informado de esa supuesta decisión.
En un informe difundido por ISNA el domingo, el legislador Nezamoddin Mousavi señaló un enfoque menos confrontacional hacia las protestas.
“Tanto la administración como el parlamento insistieron en que prestar atención a la demanda del pueblo, que es principalmente económica, es la mejor manera de lograr la estabilidad y hacer frente a los disturbios”, dijo, tras una reunión a puerta cerrada con varios altos funcionarios iraníes, incluido el presidente Ebrahim Raisi.
Musaví no se refirió al supuesto cierre de la policía de la moral.
The Associated Press no ha podido confirmar la situación actual de esta fuerza, creada en 2005 con la misión de detener a las personas que infringen el código de vestimenta islámico del país.
Desde septiembre, se ha informado de un descenso en el número de agentes de la policía de la moral en todas las ciudades iraníes y de un aumento de las mujeres que caminan en público sin pañuelos en la cabeza, en contra de la ley iraní.
Montazeri, el fiscal jefe, no dio más detalles sobre el futuro de la policía de la mortalidad ni sobre si su cierre era nacional y permanente. Sin embargo, añadió que el poder judicial iraní “continuará vigilando el comportamiento a nivel comunitario”.
En un informe de ISNA del viernes, Montazeri fue citado diciendo que el gobierno estaba revisando la ley de hijab obligatorio. “Estamos trabajando rápidamente en la cuestión del hiyab y estamos haciendo todo lo posible para llegar a una solución reflexiva para hacer frente a este fenómeno que hiere el corazón de todos”, dijo Montazeri, sin ofrecer detalles.
El anuncio del sábado podría significar un intento de apaciguar a la población y encontrar una forma de poner fin a las protestas en las que, según grupos de derechos, murieron al menos 470 personas. Más de 18.000 personas han sido detenidas en las protestas y en la violenta represión de las fuerzas de seguridad que las siguió, según Human Rights Activists in Iran, un grupo que supervisa las manifestaciones.
Ali Alfoneh, investigador principal del Instituto de los Estados Árabes del Golfo en Washington, dijo que la declaración de Montazeri sobre el cierre de la policía de la moral podría ser un intento de apaciguar el malestar interno sin hacer concesiones reales a los manifestantes.
La clase media laica detesta la organización (la policía de la moral) por restringir las libertades personales”, dijo Alfoneh. Por otra parte, la “clase desfavorecida y socialmente conservadora se resiente de que se mantenga convenientemente al margen de la aplicación de la legislación sobre el hiyab” en las zonas más ricas de las ciudades iraníes.
Al ser preguntado por las declaraciones de Montazeri, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, no dio una respuesta directa. “Tengan la seguridad de que en Irán, en el marco de la democracia y la libertad, que existe muy claramente en Irán, todo va muy bien”, dijo Amirabdollahian, durante una visita a Belgrado (Serbia).
Las manifestaciones antigubernamentales, que han entrado en su tercer mes, no han dado señales de detenerse a pesar de la violenta represión. Los manifestantes dicen estar hartos tras décadas de represión social y política, incluido un estricto código de vestimenta impuesto a las mujeres. Las mujeres jóvenes siguen protagonizando las protestas, despojándose del pañuelo islámico obligatorio para expresar su rechazo al régimen clerical.
Tras el estallido de las protestas, el gobierno iraní no parecía dispuesto a atender las demandas de los manifestantes. Ha seguido reprimiendo a los manifestantes, incluso condenando a muerte a al menos siete manifestantes detenidos. Las autoridades siguen culpando de los disturbios a potencias extranjeras hostiles, sin aportar pruebas.
Pero en los últimos días, las plataformas de los medios de comunicación estatales iraníes parecen adoptar un tono más conciliador, expresando su deseo de comprometerse con los problemas del pueblo iraní.