Cientos de miembros de Lev Tahor, una secta ultraortodoxa extremista, están intentando viajar a Irán para pedir asilo, según ha sabido Israel Hayom durante el fin de semana.
Se cree que el grupo radical antisionista, actualmente con sede en Guatemala, cuenta con unos 280 seguidores. Como muchos de sus miembros tienen la ciudadanía israelí y estadounidense, sus familiares temen que si llegan a Irán, no solo estarán en peligro, sino que el asunto podría desencadenar una grave crisis diplomática.
Al parecer, los familiares de los miembros del grupo se han puesto en contacto con los ministerios de Asuntos Exteriores y de Justicia de Israel y les han pedido que se pongan en contacto urgentemente con sus homólogos guatemaltecos para impedir que las familias salgan del país.
Según los medios de comunicación, tanto Jerusalén como Washington están trabajando para evitar que los miembros de Lev Tahor se trasladen a Irán, alegando la preocupación de que puedan ser utilizados como moneda de cambio por Teherán.
El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí dijo que estaba “utilizando una variedad de canales” en un esfuerzo por resolver la situación, informó i24News, añadiendo que las autoridades guatemaltecas han detenido a varios miembros del grupo que también son ciudadanos estadounidenses.
Los miembros de Lev Tahor solicitaron por primera vez asilo político en Irán en 2018, poco después de que los líderes de la secta juraran lealtad al líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
El grupo, fundado en la década de 1980 por Shlomo Helbrans, un rebbe antisionista haredí, se adhiere a sus propias interpretaciones ultraconservadoras de la Halajá, incluyendo prácticas como cubrirse de negro de pies a cabeza para las mujeres a partir de los tres años, sesiones de oración extremadamente largas y matrimonios concertados entre adolescentes.
Los miembros de Lev Tahor se desplazan con frecuencia, y la mayoría de sus miembros huyeron recientemente de la ciudad guatemalteca de San Juan La Laguna en agosto de 2014, antes de lo cual habían huido de los organismos gubernamentales de bienestar infantil en las provincias de Ontario y Quebec (Canadá).
Lev Tahor afirma que vive dentro de los límites de la ley judía tradicional y asegura que su estilo de vida no es nuevo ni inusual, pero ha sido acusado por los críticos -incluyendo antiguos seguidores, las familias distanciadas de los miembros del grupo, eruditos religiosos y funcionarios de la ley en varios estados- de abuso infantil, lavado de cerebro, uso de drogas y matrimonios forzados de chicas adolescentes con hombres hasta 20 años mayores que ellas -prácticas que le han valido el título de secta.
La prensa israelí, judía e internacional se ha referido al grupo como “talibán judío”.