En una región montañosa de Irán, cerca de los montes Zagros, se ha descubierto la construcción de un posible emplazamiento nuclear subterráneo que plantea un desafío significativo para Occidente. Según expertos y nuevas imágenes de satélite analizadas por The Associated Press, esta instalación se está construyendo a una profundidad que podría estar fuera del alcance de las armas estadounidenses de última generación diseñadas específicamente para atacar este tipo de objetivos.
Las imágenes captadas por Planet Labs PBC muestran montones de escombros provenientes de la excavación de túneles en la montaña. Este proyecto se inició a finales de 2020, en un momento en que el cercano sitio nuclear de Natanz ha sido objeto de repetidos ataques de sabotaje debido a la tensión entre Teherán y Occidente en relación con su programa atómico.
El desafío de una nueva instalación nuclear subterránea
La construcción en el sitio de Natanz se lleva a cabo cinco años después de que el entonces presidente Donald Trump retirara unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear. Trump argumentó que el acuerdo no abordaba el programa de misiles balísticos de Teherán ni su apoyo a las milicias en Oriente Medio.
Si bien el acuerdo limitaba estrictamente el enriquecimiento de uranio por parte de Irán al 3,67 % de pureza, suficiente para alimentar centrales eléctricas civiles, y mantenía sus reservas en alrededor de 300 kilogramos, desde que se retiró del acuerdo, Irán ha afirmado que está enriqueciendo uranio hasta el 60 %.
Además, recientemente se descubrió que el país ha producido partículas de uranio con una pureza del 83,7 %, acercándose al umbral del 90 % necesario para fabricar armas nucleares.
El peligro de una escalada de tensiones
Con la producción actual de uranio casi apto para armamento por parte de Irán tras el fracaso del acuerdo nuclear con las potencias mundiales, esta nueva instalación complica aún más los esfuerzos de Occidente por evitar que Teherán desarrolle una bomba atómica.
Mientras la diplomacia relacionada con el programa nuclear se encuentra en punto muerto, la posible finalización de este nuevo emplazamiento representa un escenario preocupante que podría generar una escalada de tensiones.
Las preocupaciones de la comunidad internacional
Kelsey Davenport, director de política de no proliferación de la Asociación de Control de Armas con sede en Washington, advierte que esta situación podría convertirse en una pesadilla, encendiendo una espiral de conflicto.
Dada la proximidad de Irán a la capacidad nuclear, el margen para aumentar su programa sin cruzar las líneas rojas establecidas por Estados Unidos e Israel es muy reducido. Por lo tanto, cualquier escalada en este momento aumenta el riesgo de conflicto.
Los desafíos de atacar un emplazamiento nuclear subterráneo
Las instalaciones subterráneas han llevado a Estados Unidos a desarrollar la bomba GBU-57, capaz de atravesar al menos 60 metros de tierra antes de detonar. Sin embargo, no está claro si una bomba de este tipo podría dañar una instalación tan profunda como la de Natanz.
Ante la posible incapacidad de atacar el sitio con estas bombas, Estados Unidos y sus aliados tendrían menos opciones. En caso de que fracasen los esfuerzos diplomáticos, podrían considerarse nuevos actos de sabotaje.
El papel de Israel y las acciones perturbadoras
Natanz ya ha sido objeto del virus Stuxnet, que se cree que fue creado por Israel y Estados Unidos y que destruyó centrifugadoras iraníes.
También se sospecha que Israel ha asesinado a científicos involucrados en el programa nuclear, ha llevado a cabo ataques con drones cargados de bombas y ha realizado otras acciones. El gobierno israelí se ha abstenido de hacer comentarios.
6. La limitación del sabotaje como estrategia
La experta en no proliferación, Kelsey Davenport, sostiene que el sabotaje puede retrasar el programa nuclear iraní a corto plazo, pero no es una estrategia viable a largo plazo para evitar que Irán obtenga armas nucleares. El hecho de que Irán esté llevando su programa nuclear aún más al subsuelo aumenta el riesgo de proliferación.
A medida que continúa la construcción de esta nueva instalación nuclear subterránea en Irán, Occidente se enfrenta a un desafío cada vez mayor para evitar que Teherán desarrolle armas nucleares. Aunque la diplomacia sigue siendo la prioridad, las opciones militares se están volviendo más limitadas. La profundidad de esta nueva instalación complica aún más los esfuerzos de Estados Unidos y sus aliados para neutralizar las ambiciones nucleares de Irán. Si bien la situación sigue siendo incierta, los expertos advierten que la escalada de tensiones y los posibles actos de sabotaje podrían aumentar el riesgo de un conflicto más amplio en la región.
Conclusión
La aparición de un nuevo emplazamiento nuclear subterráneo en Irán plantea serios desafíos para Occidente. A medida que se intensifican los esfuerzos de Irán para desarrollar armas nucleares y se construyen instalaciones más profundas y resistentes, las opciones de ataque y sabotaje se vuelven más difíciles.
La diplomacia se mantiene como la mejor opción para evitar una escalada de tensiones y conflictos. Sin embargo, la comunidad internacional debe permanecer vigilante y trabajar en conjunto para contrarrestar las ambiciones nucleares de Irán.
Preguntas frecuentes (FAQs)
Tanto Estados Unidos como Israel están especialmente preocupados por el nuevo emplazamiento nuclear en Irán debido a la amenaza que representa para la seguridad regional.
La comunidad internacional ha aplicado sanciones económicas y ha buscado el diálogo diplomático para tratar de persuadir a Irán de abandonar sus ambiciones nucleares.
El acuerdo nuclear, del cual Estados Unidos se retiró en 2018, fue diseñado para limitar el programa nuclear de Irán y evitar que obtuviera armas nucleares. La construcción de un nuevo emplazamiento nuclear subterráneo desafía los objetivos del acuerdo.
Irán niega rotundamente estar desarrollando armas nucleares y sostiene que su programa nuclear tiene fines pacíficos, como la generación de energía eléctrica.
Un conflicto nuclear en la región tendría consecuencias devastadoras, incluyendo una gran pérdida de vidas, daños ambientales y una escalada en las tensiones globales.