Una explosión hace dos meses en Natanz, una instalación clave de enriquecimiento de uranio iraní, tenía como objetivo enviar un mensaje de determinación para detener el programa nuclear de la República Islámica, según ha sabido The Jerusalén Post. El propósito del ataque era enviar un mensaje disuasorio inequívoco de que no se toleraría el progreso hacia un arma nuclear más allá de ciertas líneas rojas.
Además, el Post ha confirmado informes extranjeros de que la explosión fue causada por un sabotaje físico en lugar de exclusivamente por armas de guerra cibernética.
Hasta la fecha, Irán ha hecho múltiples anuncios, pero no ha acusado a Israel a nivel oficial y Jerusalén nunca ha asumido oficialmente la responsabilidad, aunque varios ministros han dejado caer indirectas.
En ese momento, un grupo desconocido hasta entonces, llamado los Guepardos de la Patria, afirmó que era un grupo de disidentes iraníes y que había llevado a cabo el ataque.
Sin embargo, no se ha sabido nada de ese grupo desde entonces. Los expertos especularon que el grupo era una tapadera para el verdadero atacante o, a lo sumo, una operación mixta de disidentes iraníes con un poderoso respaldo extranjero como Israel, los Estados Unidos o Arabia Saudita.
Aparentemente, sin embargo, uno de los objetivos del ataque era que se llevara a cabo de manera pública y ruidosa para enviar un mensaje a los dirigentes iraníes, aunque fuera de manera extraoficial.
Aunque Teherán inicialmente restó importancia a las explosiones de Natanz y otras, en pocos días las imágenes del satélite revelaron que el impacto era mucho más grave de lo que el régimen afirmaba.
Para el 9 de julio, el presidente del Instituto de Ciencia y Seguridad Internacional (ISIS), David Albright, había declarado al Post que alrededor de tres cuartas partes de la instalación de ensamblaje de centrifugadoras avanzadas habían sido destruidas, retrasando el desarrollo de las centrifugadoras avanzadas entre uno y dos años.
El Post ha confirmado que los niveles oficiales del gobierno israelí están de acuerdo con esta evaluación y creen que el ataque ha supuesto un gran revés para el desarrollo de centrifugadoras avanzadas de Irán.
Poco después de la explosión, el Ministro de Relaciones Exteriores Gabi Ashkenazi insinuó la participación israelí. Además, el mes pasado el Ministro de Inteligencia, Eli Cohen, respondió a las preguntas del Post sobre el ataque argumentando, “sabemos lo que está pasando en todas partes” en la República Islámica y “quien quiera amenazar la existencia de Israel no tendrá inmunidad en ninguna parte. Yo le digo a Irán, ‘no pongas a prueba la determinación de Israel’”.
Según un informe del grupo de expertos de Albright, “Imágenes de alta resolución de satélites comerciales muestran que el Centro de Ensamblaje de Centrífugas de Irán (ICAC), en el Sitio de Enriquecimiento de Natanz, ha sufrido un daño significativo, extenso y probablemente irreparable en la sección principal de su salón de ensamblaje”.
Además, el informe señala que “esta nueva instalación, inaugurada en el 2018, fue crítica para la producción en masa de centrífugas avanzadas, en particular el ensamblaje de los conjuntos de rotores, la parte de la centrífuga que gira rápidamente y su componente más crucial”.
En términos de hacer retroceder los planes del futuro programa nuclear de Teherán, el informe añade: “Un anexo al edificio estaba destinado a ensamblar los componentes eléctricos de las centrífugas, incluyendo los motores, otro componente importante de las centrífugas”.
El informe menciona que “el daño visible es tal que el edificio entero probablemente tendrá que ser arrasado y reconstruido desde cero”.
Añadió que, “los avanzados conjuntos de rotores de centrifugadoras se ensamblan típicamente en ‘cuartos limpios’, un ambiente caro de construir, libre de polvo y otros contaminantes”, y un video de 2018 mostró lo que parecen ser cuartos limpios en la instalación en cuestión.
Otros elementos destruidos que podrían ser difíciles de reemplazar podrían incluir: “Máquinas equilibradoras, equipo especializado de ensamblaje de rotores, equipo de medición y bancos de prueba de centrifugadoras”.
Albright estimó que la instalación tardaría por lo menos un año en reconstruirse, pero probablemente más, ya que se necesitaron seis años, del 2012 al 2018, para construirla y ponerla en funcionamiento por primera vez.
Aunque la explosión no impedirá que Irán realice investigaciones avanzadas de centrifugadoras en otros lugares, Albright afirmó que solo la instalación de Natanz tenía la capacidad potencial de producir en masa centrifugadoras avanzadas por miles.
Lo más importante es que es un gran revés para avanzar con el IR-4, la única centrífuga avanzada que se ha esperado que muestre una promesa más inmediata.
Irán tiene una variedad de otras centrífugas avanzadas que exhibe para las relaciones públicas, pero que han fallado completamente o están aún lejos de ser completamente operacionales.
La explosión en Natanz y cerca de una docena de otras explosiones entre junio y agosto se produjeron 14 meses después de que Irán comenzara a violar los límites del acuerdo nuclear de 2015, y se estima que está a cuatro o seis meses de poder producir una bomba nuclear.