El presidente de línea dura, Ebrahim Raisi, tenía previsto dirigirse a la nación por televisión el miércoles, en medio de una marea de disturbios antigubernamentales en Irán, con manifestantes que coreaban “muerte al dictador”, tras la muerte de una joven bajo custodia policial.
A pesar del creciente número de muertos y de la feroz represión por parte de las fuerzas de seguridad con gases lacrimógenos, porras y, en algunos casos, munición real, los vídeos de las redes sociales mostraban a los iraníes persistiendo en las protestas, a menudo pidiendo el fin de las más de cuatro décadas de poder del estamento clerical islámico.
Sin embargo, un colapso de la República Islámica parece remoto a corto plazo, ya que sus líderes están decididos a no mostrar la debilidad que creen que selló el destino del Sha respaldado por Estados Unidos en 1979, dijo un alto funcionario iraní a Reuters.
Raisi, que la semana pasada dijo que las protestas por la muerte de Mahsa Amini eran “actos de caos” inaceptables, hablará a la nación más tarde en el día, informó la agencia de noticias semioficial ISNA.
“El presidente hablará de los asuntos internos y externos más importantes a los que se enfrenta el país en su entrevista televisiva en directo esta noche”, dijo ISNA, sin dar más detalles.
Las manifestaciones de indignación se han extendido a más de 80 ciudades de todo el país desde la muerte, el 13 de septiembre, de Mahsa Amini, de 22 años, después de que fuera detenida por “atuendo inadecuado” por la policía de la moralidad que hace cumplir el estricto código de vestimenta de la República Islámica.
Amini, que era de la ciudad kurda de Saqez, en el noroeste del país, murió en el hospital tras caer en coma, lo que provocó la primera gran muestra de disidencia en las calles de Irán desde que las autoridades aplastaron las protestas contra una subida del precio de la gasolina en 2019.
“Lucharemos, moriremos, recuperaremos Irán”, coreaban los manifestantes en el barrio de Ekbatan, en Teherán, según muestra un vídeo publicado en Twitter.
Un vídeo de la ciudad portuaria de Chabahar, en el noreste del país, mostraba a la policía antidisturbios disparando gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que coreaban “Muerte a (el líder supremo, el ayatolá Alí) Jamenei”.
Crece el apoyo a las protestas masivas
Los medios de comunicación estatales dijeron que 41 personas, entre ellas miembros de la policía y de una milicia progubernamental, han muerto durante las protestas. Los grupos de derechos humanos iraníes han informado de un número mayor de víctimas.
Decenas de celebridades, futbolistas y artistas iraníes -dentro y fuera del país- han apoyado las manifestaciones, mientras que los activistas han convocado una huelga nacional.
La Guardia Revolucionaria de élite iraní dijo el miércoles que había disparado misiles y drones contra objetivos militantes en la región kurda del vecino norte de Irak, donde, según un funcionario, murieron nueve personas.
Las autoridades iraníes han acusado a los disidentes kurdos armados de provocar los disturbios, especialmente en el noroeste, donde vive la mayoría de los más de 10 millones de kurdos de Irán.
Los vídeos publicados en la cuenta activista de Twitter 1500tasvir, con 145.000 seguidores, mostraban a estudiantes de la Facultad de Medicina de Shiraz protestando por la muerte de Amini y exigiendo la liberación de los estudiantes detenidos desde el estallido de las protestas.
A primera hora del miércoles, un vídeo mostraba a los manifestantes en Teherán coreando “¡Mullahs, piérdanse!”. “¡Muerte al dictador!” y “¡Muerte al líder (Jamenei) por todos estos años de crímenes!”.
Reuters no pudo verificar la autenticidad de los vídeos difundidos en las redes sociales.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha pedido a los gobernantes clericales de Irán que “respeten plenamente los derechos a la libertad de opinión, expresión, reunión pacífica y asociación”.
La portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU, Ravina Shamdasani, declaró el martes que los informes indicaban que “también se ha detenido a cientos de personas, incluidos defensores de los derechos humanos, abogados, activistas de la sociedad civil y al menos 18 periodistas”.
La muerte de Amini ha suscitado una amplia condena internacional, mientras que Irán ha culpado, además de a los disidentes kurdos, a “matones” vinculados a “enemigos extranjeros” de los disturbios.
Teherán ha acusado a Estados Unidos y a algunos países europeos de utilizar los disturbios para intentar desestabilizar a la República Islámica.