El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría tener planes de bombardear las instalaciones nucleares de Irán el próximo mes, dijeron fuentes del gobierno australiano según un informe del jueves, aunque el primer ministro Malcolm Turnbull dijo que no tenía “ninguna razón” para creer que un ataque era inminente.
Las fuentes dijeron que los servicios de inteligencia australianos y británicos estarían involucrados en la identificación de los objetivos de un ataque, según informes australianos de ABC.
Sin embargo, las fuentes le dijeron al periódico que Australia no participaría activamente en un ataque contra Irán.
“Desarrollar una imagen es muy diferente a la participación real en un ataque”, le dijo una fuente a ABC.
“Proporcionar inteligencia y comprensión sobre lo que está sucediendo sobre el terreno para que el gobierno y los gobiernos aliados estén plenamente informados para tomar decisiones es diferente de la focalización activa”, dijo.
Turnbull pareció rechazar el informe, diciendo que era “especulación” y que no tenía “ninguna razón” para creer que un ataque era inminente.
“Hoy vi una historia que decía eso en el canal ABC, y citaba fuentes del gobierno australiano”, dijo. “Es especulación, está citando fuentes anónimas”.
Dijo que la información del informe ABC no provenía de ninguno de los altos funcionarios gubernamentales relevantes.
“El presidente Trump ha dejado muy claro su punto de vista al mundo entero, pero esta historia… no se ha beneficiado de ninguna consulta conmigo, el Ministro de Asuntos Exteriores, el Ministro de Defensa o el Jefe de la Fuerza de Defensa”, dijo.
Australia y el Reino Unido se asocian con los EE. UU. en el programa de inteligencia “Five Eyes”, junto con Canadá y Nueva Zelanda, aunque es poco probable que estos jueguen algún papel en un ataque contra Irán, dijeron las fuentes a ABC.
El domingo, Trump emitió una intensa advertencia contra Teherán, amenazando con “sufrir consecuencias de las que pocos en la historia han visto antes”.
La respuesta se produjo después de que Rouhani emitió el domingo su propia advertencia al líder estadounidense de que “no juegue con la cola del león” y dijo que el conflicto con Irán sería la “madre de todas las guerras”.
El ir y venir se produjo después de que la administración Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear de Irán forjado bajo el ex presidente Barack Obama.
La medida pone en marcha una renovación de las sanciones contra la República Islámica que se eliminaron una vez que el acuerdo histórico se implementó en enero de 2016.
Ahora se establece que esas sanciones se volverán a imponer en noviembre, lo que provocará que más de 50 firmas internacionales salgan del mercado iraní, según el director de políticas y planificación del Departamento de Estado, Brian Hook.