Un hombre que cumplía una condena de cinco años de cárcel por cargos políticos en Irán ha muerto bajo custodia, dicen los activistas, que acusan a las autoridades de contribuir a su muerte al descuidar sus condiciones médicas.
Sasan Niknafs cumplía desde julio de 2020 una condena por cargos que incluían la difusión de “propaganda” contra el Estado y los dirigentes iraníes, afirman en declaraciones separadas el Centro para los Derechos Humanos en Irán (CHRI), con sede en Nueva York, y la organización Iran Human Rights (IHR), con sede en Oslo.
Ambos dicen que responsabilizan al jefe del poder judicial iraní, Ebrahim Raisi, de su muerte, cuya causa no se ha especificado.
Se espera que Raisi gane las elecciones presidenciales de este mes.
Niknafs fue encarcelado “a pesar de mostrar múltiples problemas de salud física y mental”, incluido un historial de intentos de suicidio, afirma la CHRI.
Estaba “incapacitado para cumplir su condena debido a múltiples enfermedades, pero las autoridades judiciales se negaron a ponerlo en libertad a pesar de sus numerosas peticiones”, afirma la IHR.
Dice que Niknafs padecía diabetes, epilepsia y depresión.
En un comunicado recogido por la agencia de noticias del poder judicial Mizan Online, el servicio penitenciario de Teherán afirma que Niknafs había estado cumpliendo una condena de cinco años, sin dar detalles sobre sus cargos.
Dice que Niknafs había informado previamente al servicio de prisiones de sus tendencias suicidas y había estado recibiendo tratamiento médico bajo la supervisión del servicio de prisiones.
Según el servicio penitenciario, Niknafs dijo que había tomado pastillas dadas por otro preso y que posteriormente cayó enfermo. Fue trasladado el sábado a un hospital de Teherán, donde murió.