El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Javad Zarif, culpó a Israel de un incidente en la instalación nuclear de Natanz ocurrido el domingo. Se suma a un creciente número de funcionarios iraníes que describen el incidente como sabotaje o “terrorismo”. Sus comentarios aparecieron en la televisión estatal el lunes por la mañana.
“Los sionistas quieren vengarse por nuestros avances en el camino del levantamiento de las sanciones… han dicho públicamente que no lo permitirán. Pero nosotros nos vengaremos de los sionistas”, dijo Zarif.
El domingo por la tarde, el jefe nuclear de Irán, Ali Akbar Salehi, dijo que se había producido un acto de “terrorismo nuclear”. El ataque fue llevado a cabo por “opositores al progreso industrial y político del país, que pretenden impedir el desarrollo de una próspera industria nuclear”, dijo, según los informes.
Los comentarios de Zarif del lunes por la mañana parecen ir in crescendo y podrían indicar que Irán tiene intención de tomar represalias.
En las 24 horas posteriores a que se informara por primera vez de los daños, que se atribuyeron a un fallo en la red eléctrica que perjudicó a la instalación, han surgido cada vez más detalles sobre un importante revés para el programa nuclear iraní. Teherán acababa de presumir el sábado de utilizar nuevas centrifugadoras avanzadas en Natanz.
El ataque se produce casi una semana después de que un barco iraní fuera supuestamente atacado en el Mar Rojo, un ataque que el New York Times ha atribuido a Israel.
Los propios medios de comunicación iraníes están más tranquilos sobre el incidente de Natanz. No fue noticia de primera plana en Tasnim, Fars o algunos otros canales iraníes. Esto puede deberse al hecho de que la República Islámica quiere enviar un mensaje a la comunidad internacional, quejándose del sabotaje y de Israel, mientras que envía otro mensaje en casa. Ha presumido de sus éxitos en Natanz, una instalación que también sufrió un sabotaje en julio de 2020.
Teherán dice que la instalación es más segura, por lo que el incidente del 11 de abril es embarazoso. Al mismo tiempo, Irán quiere alimentar con información a su lobby pro-iraní en Occidente, donde finge ser una víctima y donde los “moderados” iraníes son presentados como asediados y necesitados de apoyo a través de un nuevo acuerdo con Irán.
Irán intenta presentar a Israel como saboteador de ese acuerdo. También utiliza las narrativas sobre un posible conflicto en la región para amenazar a los países occidentales.