BEIRUT – Los jihadistas del grupo del Estado Islámico (ISIS) mataron a 35 combatientes a favor de Damasco en Siria, en lo que un grupo de vigilancia describió el sábado como su operación más mortal desde la caída del “califato”.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo que cuatro oficiales superiores del ejército sirio se encontraban entre las tropas y milicianos aliados muertos en el desierto al este de la provincia de Homs durante las últimas 48 horas.
El brazo de propaganda Amaq de ISIS, que perdió el último vestigio de su “califato” ante las fuerzas lideradas por los kurdos el mes pasado, pero retiene escondites en el desierto y en las montañas tanto en Siria como en Irak, dijo que sus combatientes llevaron a cabo la operación.
Otros ocho soldados y milicianos, incluidos dos oficiales, murieron en un ataque separado en la vecina provincia de Deir Ezzor el jueves por la noche, dijo el Observatorio.
El ataque se dirigió a una aldea desértica al sur de la ciudad de Mayadeen, aguas arriba del tramo del valle del Eufrates, donde ISIS hizo un último intento desesperado por salvar su “califato”, dijo el monitor de guerra con sede en Gran Bretaña.
El jefe del observatorio, Rami Abdel Rahman, lo describió como “el mayor ataque y el mayor número de muertos entre las fuerzas del régimen desde que el califato fue declarado derrotado”.
Seis combatientes de ISIS murieron en los enfrentamientos, dijo el Observatorio.
Amaq dijo que ISIS había lanzado su asalto el jueves por la noche después de que las fuerzas gubernamentales intentaron localizar a sus combatientes.
El vasto desierto sirio, conocido en árabe como Badia, se extiende desde la capital Damasco y las ciudades de Homs y Hama hacia el norte hasta el valle del Éufrates, cerca de la frontera con Irak, donde el “califato” fue derrotado en la aldea de Baghouz el mes pasado.
Los comandantes de la coalición liderada por Estados Unidos, que brindó apoyo aéreo y de artillería a la operación liderada por los kurdos, advirtieron repetidamente que la pérdida por parte de los jihadistas de su último territorio no significaba su eliminación como fuerza de combate.
Los analistas han dicho que sería necesario continuar con las operaciones de búsqueda y destrucción de las múltiples alianzas contra los jihadistas para evitar que se recuperen de sus escondites en el desierto.