El general Kenneth McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos, dijo el sábado que se espera que unos 500 miembros del personal de Estados Unidos en el este de Siria reanuden las operaciones contra el Estado Islámico (ISIS) en los próximos días y semanas.
El Estado Islámico ha perdido casi todo su territorio en Siria y las fuerzas estadounidenses mataron a su antiguo líder Abu Bakr al-Bagdadi el mes pasado, pero el grupo que una vez controló un tercio de Siria y del vecino Irak sigue siendo visto como una amenaza.
La administración del presidente Donald Trump conmocionó a los aliados estadounidenses en diciembre pasado al decir que Washington estaba retirando prácticamente todas sus tropas de Siria.
Más tarde dijo que decidió mantener una fuerza residual en la parte noreste del país, centrándose en impedir que el Estado Islámico volviera y atacara los yacimientos petrolíferos de allí.
“Ahora tengo unos 500 miembros del personal de Estados Unidos, generalmente al este del Éufrates, al este de Deir al Zor, hasta Hasaka, al noreste, hasta el extremo noreste de Siria”, dijo McKenzie a los periodistas al margen de la cumbre de seguridad del Diálogo de Manama en Bahrein.
“Es nuestra intención permanecer en esa posición trabajando con nuestros socios de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) para continuar las operaciones contra ISIS en el valle del río Éufrates, donde se presentan esos objetivos”, añadió.
Turquía lanzó y luego detuvo una ofensiva contra las Unidades de Protección Popular (YPG), el principal componente de las Fuerzas de Autodefensa respaldadas por Estados Unidos que ayudó a derrotar al Estado Islámico, al que considera un grupo terrorista con vínculos con terroristas kurdos en suelo turco.
Moscú, el principal patrocinador del presidente sirio Bashar Assad, dijo esta semana que también estaba en el proceso de desplegar más policía militar rusa en el noreste de Siria, establecer hospitales de campaña para civiles, distribuir ayuda humanitaria y reconstruir la infraestructura.