La filial del Estado Islámico en el Afganistán ha reivindicado la responsabilidad de un importante ataque contra una gran cárcel de la ciudad de Jalalabad, capital de la provincia de Nangarhar, en la parte oriental del país, que, según el grupo, ha liberado a cientos de reos.
El ataque comenzó el domingo por la noche con la explosión de un coche bomba en el perímetro de seguridad de la prisión. Los militantes irrumpieron entonces en las instalaciones mientras los guardias trataban de defender la prisión, informó el New York Times.
Al menos 21 personas han muerto y otras 43 han resultado heridas, informó el periódico, citando a Attaullah Khogyani, un portavoz del gobierno local de Nangarhar.
IS Khorasan Province, la filial afgana del ISIS que ha estado luchando contra las tropas estadounidenses, las fuerzas gubernamentales y los talibanes en los últimos años, reclamó su responsabilidad en una declaración. El grupo afirmó haber liberado a cientos de reclusos.
Hasta el lunes por la mañana, el tiroteo entre los atacantes y las tropas del gobierno estaba en curso. En su declaración, IS-KP informó que había plantado IED a lo largo del camino a la cárcel para obstaculizar la respuesta de las fuerzas del gobierno y sus partidarios occidentales.
La cárcel tiene unos 1 500 prisioneros, de los cuales alrededor de un tercio eran militantes del IS-KP, según un alto funcionario afgano sin nombre que habló con el Times. El resto de los prisioneros en la instalación son presos talibanes y otros criminales.
Khogyani delcaró a los periodistas el lunes que casi mil reos que habían intentado escapar habían sido recapturados por las fuerzas de seguridad, aunque con el tiroteo en la prisión en curso no está claro cuántos prisioneros fueron capaces de evadir el nuevo arresto.
Un oficial militar no identificado afirmó al Times que unos 300 reclusos habían sido recapturados y llevados a una base militar cercana.
El último ataque del IS-KP se produce cuando los Estados Unidos, el gobierno afgano y los talibanes se preparan para una segunda ronda de negociaciones de paz. IS-KP están tratando de forjar sus propias áreas de influencia en el país desgarrado por la guerra, y aunque no son tan prolíficos como los talibanes, han sido capaces de lanzar múltiples ataques mortales, incluso en la capital Kabul.
El portavoz de los talibanes, Suhail Shaheen, indicó a la Associated Press que el grupo no estuvo involucrado en el ataque a la cárcel de Jalalabad. “Tenemos un alto al fuego y no estamos involucrados en ninguno de estos ataques en ningún lugar del país”, señaló Shaheen.
Los Estados Unidos firmó un acuerdo de paz con el Talibán en febrero, pero las negociaciones entre el grupo y el gobierno afgano en Kabul todavía no han comenzado. La violencia ha continuado desde el acuerdo de febrero, perpetrada por ambas partes.
Los talibanes declararon un alto al fuego de tres días durante el fin de semana para marcar la fiesta musulmana de Eid al-Adha. Caducó el lunes, aunque no está claro si el grupo reiniciará las operaciones antes de las conversaciones entre todos los afganos.