El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas está considerando un proyecto de resolución que anularía el reconocimiento del presidente estadounidense Donald Trump de Jerusalén como la capital de Israel, informó Reuters el sábado.
Según el informe, el texto de una página, visto por la agencia de noticias, fue redactado por Egipto y no menciona específicamente a los EE.UU. ni a Trump.
El enviado israelí a la ONU, Danny Danon, criticó la medida como otro intento de la Autoridad Palestina (AP) de reescribir la historia.
«Ningún voto o discusión puede cambiar la clara realidad: Jerusalén es la capital de Israel, ahora y siempre. Continuaremos luchando por la verdad histórica, esta vez, junto con nuestros aliados», dijo Danon.
El informe se produce un día después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijera que las naciones musulmanas pedirían a las Naciones Unidas una anulación de la decisión de Trump del 6 de diciembre.
Es muy poco probable que una resolución pase por el Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos es uno de los cinco miembros permanentes con poder de veto. La embajadora de los Estados Unidos, Nikki Haley, es una incondicional partidaria de Israel, que ha convertido la eliminación del prejuicio de la ONU contra Israel en un objetivo clave. Haley elogió el reconocimiento de Trump a Jerusalén como «lo justo y correcto de hacer».
Erdogan dijo que la iniciativa comenzaría en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde una votación tendría más peso, pero prometió, si se veta allí, que «trabajaremos dentro de la Asamblea General de las Naciones Unidas para anular esta decisión injusta e ilegal». Las decisiones de la Asamblea General no son vinculantes.
El proyecto de resolución de la ONU «afirma que las decisiones y acciones que pretenden haber alterado el carácter, el estatus o la composición demográfica de la Ciudad Santa de Jerusalén no tienen ningún efecto legal, son nulas y deben rescindirse en cumplimiento de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad», dijo Reuters.
También «exhorta a todos los Estados a abstenerse del establecimiento de misiones diplomáticas en la Ciudad Santa de Jerusalén, de conformidad con la resolución 478 (1980) del Consejo de Seguridad». En su declaración, Trump dijo que estaba dando instrucciones para la eventual reubicación de la Embajada de los Estados Unidos en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén.
El proyecto de resolución del consejo «exige que todos los Estados cumplan con las resoluciones del Consejo de Seguridad relativas a la Ciudad Santa de Jerusalén, y no reconozcan ninguna acción o medida contraria a esas resoluciones», dijo Reuters.
En diciembre de 2016, hacia el final de la administración Obama, el Consejo de Seguridad aprobó una resolución que «subraya que no reconocerá ningún cambio en las líneas del 4 de junio de 1967, incluso con respecto a Jerusalén, que no sean los acordados por las partes mediante negociaciones». La votación aprobó la resolución con 14-0 con la abstención de los Estados Unidos bajo la administración de Barack Obama. El equipo de transición de Trump intentó bloquear la resolución.
Los comentarios de Erdogan siguieron a la cumbre del miércoles de las naciones musulmanas y árabes, la Organización de Cooperación Islámica de 57 miembros, que declaró a «Jerusalén Este como la capital de Palestina» e instó al mundo a reconocer el «estado de Palestina».
Turquía ha sido una de las voces más críticas de la decisión de Trump del 6 de diciembre sobre el reconocimiento de Jerusalén.
Con el mundo islámico sumido en la división, la cumbre del miércoles en Estambul no llegó a acordar ninguna sanción concreta contra Israel o Estados Unidos.
Pero su declaración final establece «Jerusalén Este como la capital del Estado de Palestina» e invitó a «todos los países a reconocer el Estado de Palestina y Jerusalén Este como su capital ocupada«.
Declaró la decisión de Trump «nula y sin efecto legal» y «un socavamiento deliberado de todos los esfuerzos de paz que impulsará el extremismo y el terrorismo».
También dijo que la medida de Trump fue «un anuncio de la retirada de la administración estadounidense de su papel como patrocinador de la paz» en Oriente Medio, haciéndose eco del presidente de la Autoridad Palestina (AP) Mahmoud Abbas.
En Jerusalén, cientos de ársabes se congregaron después de las oraciones del viernes cerca de la mezquita Al-Aqsa, un lugar que, junto con la Cúpula de la Roca, son reminiscencias de la ocupación islámica en el Monte del Templo. El lugar más sagrado en el judaísmo y el tercero para el mundo islámico a partir de un mito espurio, es decir, que no se encuentra en el Corán.
En su discurso desde la Casa Blanca, Trump dijo que después de repetidos fracasos para lograr la paz, hacía tiempo que se necesitaba un nuevo enfoque. Describió su decisión de reconocer a Jerusalén como la sede del gobierno de Israel simplemente basada en la realidad.
Erdogan, que se considera un defensor de la llamada «causa palestina», denunció a Israel en la cumbre de la OCI del miércoles como un estado definido por «ocupación y terror».
«Con esta decisión, Israel fue recompensado por todas las actividades terroristas que ha llevado a cabo. Es Trump quien otorgó este premio», dijo Erdogan, quien ocupa la presidencia rotatoria de la OCI.
Dijo que todos los países que «valoran la ley internacional y la equidad» deben reconocer «Jerusalén ocupada como la capital de Palestina», diciendo que los países islámicos «nunca se darán por vencidos» en esta demanda.
Abbas, dijo que con la medida de Trump, Estados Unidos se había retirado de un papel tradicional como mediador en la búsqueda de la paz en Oriente Medio.
«No aceptamos ningún papel de los Estados Unidos en el proceso político a partir de ahora. Porque es completamente parcial hacia Israel», dijo Abbas.
Tomando como excusa la declaración de Trump, Hamás, el grupo terrorista que gobierna Gaza, ha pedido una nueva intifada contra Israel e instó a los árabes a atacar a soldados y a civiles judíos. El movimiento Fatah de Abbas pidió días de furia en respuesta a la declaración de Trump.