Prometo que miro los desafíos del mundo con ojos abiertos y pensamiento muy fresco. No podemos resolver los problemas con las mismas decisiones fracasadas del pasado. Todos los desafíos exigen nuevos enfoques y este es un nuevo enfoque al conflicto entre Israel y los palestinos. En 995, el Congreso adoptó la Ley de Jerusalén y de la Embajada en Jerusalén, para reconocer que esa ciudad es la capital de Israel. Esta ley aprobada en Congreso con una mayoría bipartidaria y fue reconfirmada con un voto unánime del Senado hace solo seis meses. Sin embargo, por más de 20 años, todos los presidentes anteriores de EE.UU ejercieron una exención a esa ley, rehusándose a llevar la Embajada a Jerusalén, sin reconocer Jerusalén como la capital de Israel. Retrasar este reconocimiento, se pensaba, permitiría llegar a la paz. Pero fue un juicio erróneo, sim embargo, ahora, después de 2 décadas de exenciones, no estamos más cerca de un duradero acuerdo de paz entre los israelíes y los palestinos. Entonces, repetir esta misma fórmula no dará un mejor resultado. Por tanto, estoy decidido a reconocer oficialmente a Jerusalén como la Capital de Israel.
Si bien, los presidentes anteriores tomaron esto como una promesa de campaña, no lo llevaron a cabo. Hoy lo estoy haciendo, creo que esta acción está en el interés de los estadounidenses y de la búsqueda de la paz. Es algo que se debía hacer para llevar adelante el proceso de paz. Israel es una nación soberana, con los derechos de otras naciones soberanas de decidir cuál es su capital y es algo que se requiere para lograr la paz. Hace 17 años, bajo el presidente Truman, se reconoció esto. Desde entonces Israel ha hecho a Jerusalén su Capital. Hoy Jerusalén es el lugar desde donde se asienta el Gobierno israelí, el Knesset y también de la Corte Suprema de Israel, es la ubicación de la residencia del Primer Ministro y de la del presidente, la sede central de muchos ministerios. Durante décadas los presidentes visitantes, secretarios de Estado de Estados Unidos, se han encontrado con sus contrapartes israelíes en Jerusalén, como hice este año. Jerusalén no es solo el corazón de tres religiones, sino también el corazón de una de las democracias más exitosas en el mundo de las últimas 7 décadas.

El pueblo israelí ha construido un país donde los judíos los musulmanes y los cristianos, personas de todas las fe están libres de vivir de acuerdo a sus conciencias, a sus creencias. Jerusalén es hoy y debe seguir siendo un lugar donde los judíos rezan, donde los cristianos pueden hacer el Vía Crucis, donde los musulmanes tienen su gran Mezquita. Sin embargo no se ha reconocido a Jerusalén como la capital de Israel. Pero en el día de hoy, finalmente, reconocemos que Jerusalén es la capital de Israel. Esto no es ni más ni menos que el reconocimiento de la realidad y lo que corresponde hacer es algo que se debe hacer. Por eso, de acuerdo con la Ley de la Embajada den Jerusalén, le indico al Departamento de Estado, que inicie las preparaciones para mudar la Embajada de Tel Aviv a Jerusalén. Que se contraten arquitectos e ingenieros, para que cuando se complete la nueva embajada, se aun magnífico tributo a la paz.
También quiero dejar muy en claro un punto. Esta decisión no intenta de ningún modo hacer un desvío de nuestro fuerte compromiso a facilitar un Acuerdo de Paz. Queremos un acuerdo que sea un buen acuerdo para los israelíes y para los palestinos. No estamos tomando una posición final sobre el estatus final, ni siquiera con respecto a las fronteras israelíes ni ninguna de las fronteras en disputa. Todos estos temas dependen de las partes involucradas. EE.UU sigue estando comprometido a facilita run acuerdo de paz, que sea aceptable a ambas partes. Y mi intención es hacer todo lo que esté en mi poder para lograr este acuerdo.
Sin duda, Jerusalén es uno de los temas más sensibles en toda esta charla. EE.UU apoyará la solución de los dos Estados, si esto es acordado por ambos lados. Entre tanto, convoco a todas las partes a mantener el Status Quo, en particular en el Monte del Templo. Nosotros sabemos qué es lo que inspira a todas las almas. Con ésta acción reafirmo mi compromiso a un futro de paz y seguridad para toda la región. Habrá desacuerdo con respecto a este anuncio, pero estamos convencidos de que en última instancia trabajando sobre este desacuerdo, llegaremos a una paz mucho mejor, de mayor comprensión y cooperación. La ciudad Sagrada debe recibir lo mejor de la humanidad, no debe dividirnos y no debe llevarnos a las antiguas peleas, tan predecibles. La paz nunca está fuera del alcance de quien la desea. Por eso pedimos la calma, la moderación la tolerancia, para que estas voces prevalezcas por encima de las del odio.
Nuestros niños deben recibir nuestro amor, no nuestros conflictos. EL mensaje que trasmití en la histórica cumbre en Arabia Saudita. El Oriente Medio es una zona de riqueza histórica, con un pueblo vibrante, fuerte. Pero el futuro increíble que espera a este lugar está retrasado por la ignorancia, por el derramamiento de sangre. El Vicepresidente Mike Pence viajará para reafirmar nuestro compromiso y vencer al radicalismo. Es el momento para los que desean la paz, para echar al extremismo. Para que todas las naciones civilizadas respondan con el debate y no con la violencia. Y que las voces jóvenes moderadas en todo el Oriente Medio reclamen para sí mismos un futuro brillante. Hoy, dediquémonos nuevamente a un camino de comprensión mutua, abramos nuestros corazones, nuestras mentes a las posibilidades, y les pido a los líderes políticos, religiosos, cristianos, musulmanes y de todas las religiones en la región, que busquen la paz. D’os los bendiga, D’os bendiga a Israel, D’os bendiga a los palestinos, D’os bendiga a Estados Unidos, gracias.