Emily Thornberry, miembro principal del Partido Laborista del Reino Unido, dijo esta semana que Jerusalén debería ser “administrada por un organismo internacional” y reconocer al este de Jerusalén como la probable futura capital de Palestina, mientras que cita a Tel Aviv como la capital potencial de Israel.
“Donald Trump reconoció que Jerusalén como la capital de Israel estaba equivocada y socava la convención internacional, es que Jerusalén debería ser una capital internacional de todo el mundo y debería ser algo administrado por un organismo internacional”, dijo en una entrevista el martes con la emisora de radio LBC.
Thornberry, el Secretario de Relaciones Exteriores del Partido Laborista, pidió “dos Estados en esa parte particular del Medio Oriente” y reconoció el reclamo palestino de Jerusalén, pero no el de Israel.
“Y sabemos que los palestinos reclaman parte de Jerusalén para su estado cuando finalmente se reconozca”, dijo, indicando que estaba hablando en nombre del partido de la oposición.
Thornberry dijo que la posición de los trabajadores en Jerusalén “no significa que no estemos de acuerdo en que debería haber un Estado de Israel con Tel Aviv como su capital”.
También se refirió al Festival de la Canción de Eurovisión que se celebra en Tel Aviv, diciendo que “habría sido un error que hubiera estado en Jerusalén porque … [la ciudad] está muy disputada”.
Los comentarios de Thornberry fueron criticados por la Junta de Diputados de judíos británicos, que calificó de “absurdo” para el legislador laboral “hablar sobre los reclamos de los palestinos sobre la ciudad de Jerusalén sin siquiera reconocer los de Israel”.
“Esperamos que ella aclare sus inconsistencias y corrija su visión unilateral de este problema”, dijo un portavoz, según Jewish News.
Emmanuel Nahshon, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, dijo: “Jerusalén ha sido la capital del pueblo judío durante 3000 años. Ha sido la capital del Estado de Israel durante siete décadas. Negar esto no solo distorsiona la verdad, sino que perjudica las posibilidades de lograr la paz”.
El Partido Laborista del Reino Unido logró grandes avances en las elecciones británicas de 2017 con el líder Jeremy Corbyn, un veterano de izquierda y partidario de las causas pro palestinas.
Pero una serie de incidentes que lo involucraron a él y a otros miembros del partido llevaron a las denuncias de una creciente cultura de sentimientos antisemitas dentro del partido bajo la supervisión de Corbyn.