Miles de miembros de un grupo islamista se manifestaron el viernes en Dhaka, la capital de Bangladesh, para protestar por los disturbios en el Monte del Templo, en Jerusalén.
En Karachi (Pakistán) también se celebró el viernes una concentración pro-palestina.
Los manifestantes de Dhaka protestaron por los recientes actos de violencia en Suecia en los que se vio implicado un grupo antimusulmán. Los manifestantes del grupo Islami Andolon Bangladesh, que apoya la introducción de la ley islámica en el país secular de mayoría musulmana, llevaban pancartas y carteles en los que se leía “Policía de Suecia, ¡vergüenza, vergüenza!” y “Alto a la brutalidad en la mezquita de Aqsa”.
Muchos portaban las banderas de Bangladesh y de la Autoridad Palestina durante una marcha. Bangladesh no tiene relaciones diplomáticas formales con Israel y apoya la creación de un Estado palestino independiente.
Los manifestantes marcharon pacíficamente por las calles de Dhaka frente a la principal mezquita del país, Baitul Mokarram, tras las oraciones semanales del viernes.
El grupo ha organizado en el pasado protestas similares para denunciar al presidente de Francia y su firme apoyo a las leyes laicas que consideran que las caricaturas que representan al profeta Mahoma están protegidas por la libertad de expresión del país.
El viernes, la policía israelí fue atacada por los palestinos desde la mezquita apodada Al-Aqsa, el tercer santuario supuestamente más sagrado del Islam, según una leyenda que no está escrita en el Corán.
La reanudación de la violencia palestina en el lugar -que es históricamente el más sagrado del judaísmo por ser el emplazamiento de los templos bíblicos- se produjo a pesar de que Israel suspendió temporalmente las visitas de los judíos, que los palestinos consideran una provocación.
El pasado fin de semana estalló la violencia en el sur de Suecia a pesar de que la policía trasladó a un nuevo lugar, como medida preventiva, una concentración de un grupo que planeaba quemar, entre otras cosas, un ejemplar del Corán.
Moulana Imtiaz Alam, líder del Islami Andolon Bangladesh, instó al gobierno bangladesí de la primera ministra Sheikh Hasina a denunciar oficialmente estos actos. También exigió a la Organización de Cooperación Islámica que alce la voz.
“Pedimos a la OCI y a los países musulmanes que desempeñen un papel eficaz contra la miseria de los musulmanes y la difamación del Corán”, dijo. “Si el gobierno de Bangladesh no da ningún paso en la OCI y en las Naciones Unidas, concluiremos que están trabajando en nombre de Israel”, dijo.