La Unión Europea y 15 países europeos reiteraron el jueves su oposición a los planes israelíes de adelantar los planes de construcción en zonas de Jerusalén más allá de la Línea Verde.
Los países y la UE expresaron su “grave preocupación por el avance de la construcción de asentamientos en Givat Hamatos y potencialmente en la zona E1” en una llamada gestión presentada ante el Ministerio de Asuntos Exteriores. Fue su segunda carta de protesta sobre el asunto desde mayo.
“Los asentamientos son ilegales según el Derecho Internacional Humanitario. Cualquier otra construcción de asentamientos en esta zona estratégicamente sensible tendrá un impacto devastador en un Estado palestino contiguo, así como un grave menoscabo de la posibilidad de una solución negociada de dos Estados en línea con los parámetros acordados internacionalmente”, declaró la gestión.
El Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó haber recibido una segunda carta, pero se negó a hacer más comentarios al respecto.
Los 15 países que firmaron la gestión fueron Alemania, Francia, Italia, España, Gran Bretaña, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Irlanda, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Eslovenia y Suecia.
Muchos de los partidarios de una solución de dos Estados dicen que el desarrollo israelí en E1, una zona entre el este de Jerusalén y Ma’ale Adumim, y Givat Hamatos, un barrio del este de Jerusalén, socavaría gravemente la contigüidad territorial de un futuro Estado palestino.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu se comprometió días antes de las elecciones generales de marzo a adelantar los planes de construcción de miles de viviendas en ambas zonas, que han estado congeladas durante mucho tiempo en medio de la oposición internacional.
También prometió extender la soberanía a partes de Judea y Samaria destinadas a Israel en el marco del plan de paz del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, promesa que fue denunciada de manera similar por la Unión Europea y muchos Estados europeos.
Aunque su acuerdo de coalición con el partido Kajol-Laban le permitió comenzar a avanzar con la anexión el 1 de julio, el movimiento se ha retrasado debido a las aparentes preocupaciones en la Casa Blanca y el enfoque de la administración de EE.UU. en la pandemia del coronavirus, así como la oposición interna dentro del gobierno de unidad de Netanyahu.