El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, se enfrentó el sábado con el gobierno por sus políticas sobre jerusalem y la UE el sábado, calificándolas de “improvisadas” y malas para el país.
Iohannis, que es oriundo de la centroderecha, habló después de que el gobierno de izquierda se negó a respaldar una declaración conjunta propuesta por la UE que condenaba la decisión del presidente estadounidense Donald Trump de trasladar la embajada estadounidense en Israel a Jerusalén.
El Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que el texto “carecía de equilibrio” y que, junto con Hungría y la República Checa, Rumanía se había negado a firmarlo pero acordó un compromiso por el cual podría emitirse en nombre de la jefa de política exterior de la UE, Federica Mogherini y no en nombre de los 28 estados miembros.
“Esta es la segunda vez que intentan llevar a cabo una política exterior improvisada y ha ido mal, muy mal”, dijo Iohannis a los periodistas.
“De repente, una vez más nos vemos arrojados al margen de la UE, al lado de países por los que tengo el mayor respeto, pero que son bastante euroescépticos”, agregó.
Iohannis se enfrentó previamente con el gobierno sobre el tema el mes pasado cuando el partido gobernante planteó la idea de que Rumanía siguiera el ejemplo de Estados Unidos y trasladara su propia embajada en Israel a Jerusalén.
Iohannis dijo que no se podía realizar ninguna transferencia antes de que los israelíes y los palestinos acordaran el estatus de la ciudad, enfatizando que las decisiones sobre las misiones de Rumania en el exterior eran en cualquier caso su prerrogativa como presidente.
También ha estado en desacuerdo con el gobierno sobre sus reformas judiciales que los críticos, incluida la UE, dicen que debilitarán la independencia judicial y la lucha contra la corrupción.
La última disputa se produjo cuando alrededor de 4.000 manifestantes antigubernamentales se reunieron en la Plaza de la Victoria de Bucarest para una protesta llamada “Queremos Europa, no la dictadura” y desplegó una gran bandera de la UE.
“El peligro de alejarse más de Europa es real, podemos verlo con cada decisión que toman”, dijo el abogado de 38 años Radu Ropota, refiriéndose a los repetidos enfrentamientos del gobierno con Bruselas.
“Nos han demostrado que solo se preocupan por ellos mismos y eso es frustrante”, agregó.
“Creo que no podemos pasar a ser un país sin nosotros, la gente, teniendo algo que decir”, dijo Marius Dulan, un diseñador gráfico de 32 años.
Las críticas de los manifestantes se hacen eco de las de Iohannis, quien dijo que las “políticas antieuropeas del gobierno… corren el riesgo de expulsarnos de Europa”.