La República de Transnistria, situada en el este de Moldavia y fronteriza con Ucrania, es el escenario de una celebración especial esta noche, cuando se realizará un Séder público, conmemorando 80 años desde la destrucción de las comunidades judías en la región.
Este evento marca la primera vez en ocho décadas que la comunidad judía de Transnistria, concentrada principalmente en su capital, Tiraspol, llevará a cabo la primera noche del Seder de manera pública.
Transnistria, una región que declaró su independencia en 1992 con el apoyo de Moscú tras la disolución de la Unión Soviética, no es reconocida como estado por ninguna entidad estatal.
La región es hogar de poco más de medio millón de personas, de las cuales cerca de 220,000 tienen ciudadanía rusa.
La comunidad judía de la región, que incluye varias ciudades como Dubasari, Rybnitsa y Bordery, ha decidido realizar este acto significativo en el contexto de un deterioro de relaciones con Moldavia. “Estamos muy entusiasmados con el evento”, menciona Yuri Kreichman, presidente de la comunidad judía de Transnistria.
“Nuestros abuelos y abuelas una vez pudieron ver una verdadera noche de Seder aquí en Tiraspol, y ahora estamos renovando la tradición”.
Con la colaboración del rabino moldavo Pinjas Zaltzman, líder de la comunidad judía de Chisinau, se han enviado grandes cantidades de carne, vino, matzá y comida kosher para Pésaj a Transnistria. Varios miembros de la comunidad judía y familias de Israel han colaborado para preparar las cocinas y llevar a cabo la celebración del Seder, que se espera atraiga a participantes de toda la región separatista.
El rabino Zaltzman destacó el significado del evento: “Este es un hito significativo en el desarrollo de la comunidad judía aquí. A pesar de los esfuerzos realizados por los comunistas durante décadas, hoy en día, incluso en Transnistria, se llevan a cabo lecciones semanales de Torá y actividades judías que incluyen eventos culturales y festivales”.